Apoyo legal para volver a emprender
José Miguel Salazar
Director Escuela de Derecho UST
El Ministro de Economía, Fomento y Turismo, Luis Felipe Céspedes, sostuvo que debemos ser un país más innovador, donde el emprendimiento sea el motor de crecimiento y del desarrollo.
Y tiene mucha razón, el emprendimiento exitoso, en estos tiempos, requiere de ideas y negocios innovadores, frescos, pertinentes, que importen un servicio o producto de calidad, a un precio razonable y cuyo mercado asegure la continuidad y crecimiento del negocio, que finalmente es lo que permite el desarrollo del país.
En ese orden de ideas, por ejemplo, se dictó la Ley 20.720 sobre Insolvencia y Reemprendimiento que reemplazó a la antigua Ley de Quiebras y cuyo fundamento, de acuerdo al mensaje presidencial, es precisamente favorecer el emprendimiento, dotando de un instrumento de ejecución más eficaz que permita a quien ha fracaso en un emprendimiento, poder liquidar sus obligaciones en un tiempo muy acotado, periodo en el cual cuenta con cierta protección financiera y luego de lo cual, terminado este proceso, haya saldado o no todas sus deudas, queda limpio en el sistema, lo que facilita que se pueda reinsertar nuevamente en la actividad económica.
Más aún, esta Ley, que crea la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento otorga un rol activo y mediador a los encargados regionales de la Superintendencia lo que permite el acercamiento entre acreedores y deudores para permitir una reorganización o renegociación respecto de aquellos emprendimientos viables.
Sin embargo, se debe tener presente que el emprender supone encontrar y explotar el talento propio e importa, a través de este desarrollo, buscar un destino propio.
Este destino propio se debe desarrollar desde las primera etapas de un ser humano, y esta si es una tarea pendiente, lograr que los jóvenes sean capaces de desarrollar sus talentos y sobre todo, tener confianza en ellos mismos, que les asegure el éxito en sus emprendimientos.