"Pasa un fin de semana de película junto a Masago y Cineplanet" es el nombre de la alianza entre estas dos empresas en Valdivia."La idea es que todos los pedidos agendados durante la semana participan en un sorteo de cuatro entradas dobles para ir al Cine Planet, a cualquier función de viernes, sábado o domingo, Así pasan un fin de semana redondo", dice el dueño de Masago Sushi Valdivia.
Hace tres años que nació la tienda de delivery (entrega a domicilio) de sushi Masago. Y fue tal el éxito que ha tenido en este tiempo que su dueño optó por abrir un local en Avenida Francia, en Valdivia.
Pablo Cáceres Jiménez es publicista de la Universidad del Pacífico, en Santiago. Sin embargo, este valdiviano regresó al sur con la idea de crear su propia empresa. Y la idea era vender sushi gourmet a través de las redes sociales. "Yo trabajo con los mejores productos que existen en el momento y me siento muy orgulloso de lo que he logrado", dice.
Hace tres años se dio cuenta de que era muy importante buscar algún producto que fuera de la mejor calidad y que le gustara a una gran cantidad de público. "Viendo en las redes sociales, el sushi se estaba colocando muy de moda. Cada vez era más gente la que quería probar y comer sushi, por lo que ahí partió la idea", recuerda Cárdenas.
¿Cómo nació Masago?
-Como publicista, mi rol es buscar marcas y posicionarlas en el mercado. No soy cocinero, por lo que busqué a expertos en el área, recetas por internet y partimos, vendiendo a través de Facebook principalmente, que está muy fuerte. Y en este poco tiempo, hemos crecido mucho. Tenemos un equipo de trabajo de 17 personas y ya tenemos un local.
¿Por qué el nombre Masago?
-La verdad, la palabra Masago no tiene un significado en particular en japonés, sólo encontré bonito el nombre, que es el de los huevos de pescado que se le colocan al sushi. En el fondo, es un nombre de fantasía. Hay pocos locales en Valdivia que ofrezcan masago, porque es un producto gourmet.
¿Qué es lo importante en su empresa?
-Actualmente, locales que venden sushi hay hartos y por lo mismo, hay que aprender a reinventarse y ser cada vez más distinto al otro, para poder mantener cautivo al público.
¿De qué manera se han reinventado?
-En primer lugar, somos la primera empresa de Valdivia que tiene fusión oriental, porque ahora vendemos además de sushi, comida china y comida Thai.
Cuáles son los platos estrella de cada uno de los estilos de comida que ofrecen?
-En la comida china, el cerdo mongoliano, el chapsui de pollo o de carne, arrollado de mariscos. En la comida Thai, el plato más popular es el Pad Thai, fideos de arroz con huevos, salsa de pescado, salsa de tamarindo, pimiento rojo y cualquier combinación de brotes de soja, gambas, pollo o tofu, decorado con maní picado y cilantro. Además de las sopas.
Y en el sushi, los acevichados con salsa de ceviche de congrio o con frutas y leche de tigre.
¿Los valdivianos se atreven ahora a comer distinto?
-Sí, de todas maneras. Aunque a la población chilena en general, hay que educarla, porque somos bastante conservadores. Para poder paliar esto están las redes sociales, donde puedes dar a conocer los platos y va a sonar cliché, pero una imagen vale más que mil palabras y nosotros lo ocupamos mucho. Sin mentir, 'subimos' un plato nuevo y a los 15 minutos, ya tenemos dos o tres pedidos o preguntando qué es lo que lleva y para nosotros eso es muy importante.
¿Cuál es el plan para el futuro?
-Nuestra proyección es expandirnos, porque estamos metiendo la marca en Temuco y dentro de poco, tendremos un local en el centro de Valdivia.
¿Qué recomienda para los nuevos emprendedores?
-Que se atrevan a innovar. Caídas vas a tener hartas, pero yo prefiero lamentarme de lo que pasó, que pensar en lo que hubiese pasado.
¿Cuál es el horario de atención?
-Desde el mediodía hasta las 00:45, todos los días.
Katherine Hetz
Directora académica UST
La cuarta Encuesta de Microemprendimiento (EME) del Ministerio de Economía indicó que en Chile existen 1 millón 865 mil 860 emprendedores, de los cuales un 97% son microemprendedores. La misma encuesta nos sorprende al indicarnos que un 43 por ciento de estos microemprendedores llevan en su actividad actual 10 años o más y que para la mayoría, el segundo factor limitante para el crecimiento, después de falta de financiamiento, es la falta de clientes.
Esto muy posiblemente refleje carencias en las áreas de comercialización o en la capacidad de innovar para lograr un producto o servicio que se adapte mejor a las necesidades del mercado.
En este sentido, si bien los esfuerzos en capacitación son esenciales, es fundamental lograr desarrollar una cultura creativa al interior del microemprendimiento, ya que, sin ideas no hay innovación y sin innovación no se podrá lograr la excelencia ni los resultados esperados.
Pero en este proceso, los microempresarios deben ser acompañados, y es ahí donde las universidades, a través de instancias de transferencia de conocimiento aplicado pasan a jugar un rol relevante, permitiendo al microemprendimiento aprender a transformar la experiencia del día a día e incorporarla como un valor agregado a sus productos, para prepararlos para los tiempos de cambio y transformación. Como dice un antiguo proverbio, "posiblemente no se pueda guiar el viento, pero siempre se puede cambiar la dirección de las velas".
No debemos entonces olvidar lo indicado por Etzkowitz (2000). La misión de las universidades ya no puede ceñirse sólo a la investigación y formación, sino que deben incorporar una "tercera" misión: contribuir al crecimiento económico de las regiones en las que están localizadas.