El fin de semana del 12 de noviembre, en la Escuela de Música Juan Sebastián Bach de Valdivia, se realizó la cuarta versión del Festival del Cantar Ciego, evento organizado por el Club de Leones Isla Teja con el apoyo de la Municipalidad de Valdivia y la agrupación Ciegos del Sur y donde Óscar Ramírez Torres, cumple un rol fundamental como uno de sus coordinadores.
"Para mí, participar en esta actividad fue muy agotador, pero la experiencia es muy satisfactoria", comenta el profesor normalista retirado y hace 15 años miembro del Club de Leones Isla Teja, del que, además, es uno de sus últimos presidentes.
¿Cómo se gestó estos de hacer un festival para los ciegos?
-Como leones, nosotros tenemos un contacto permanente con esa agrupación, porque una de nuestras misiones es justamente combatir la ceguera. Entonces analizando su situación particular, quisimos generar un espacio ideal para ellos.
¿Cuántas versiones ha tenido ya este certamen?
-Esta es la cuarta versión. Todo comenzó por un león, Gabriel Velásquez, quien lo gestó y todos nos entusiasmamos.
Este festival es bien demandante, porque involucra mucho tiempo para organizarlo, desde que nos llaman para decir que están interesados en participar, hasta cuando se van de regreso a sus casas.
¿De qué partes de Chile vienen los participantes?
-De todo Chile. Los de más al norte vinieron de Caldera y Copiapó por el norte y desde Coyhaique por el sur.
¿Y ha crecido como festival en estos años?
-Sí, muchísimo. Para la primera versión llegaron un cerca de 10 personas y ahora llegaron 26, 23 solistas y tres dúos. Ganó el dúo de Caldera, de Octavio Oyarzún y Denisse Reyes, quienes interpretaron la canción "Un Mundo Ideal".
El segundo lugar lo obtuvo María José Vergara, de Concepción. con el tema "Aleluya" y el tercero fue para Silvia Sandoval, de Valdivia, con la canción "Casi".
Vinieron artistas de muy buena calidad, pero mi humilde opinión es que para el próximo año vamos a tener que hacer una etapa de preselección, porque a nosotros nos involucra mucho gasto, no sólo en alojamientos y alimentación, porque a algunos hay que comprarles el pasaje.
¿Los participantes tienen que pertenecer al Club de Leones, o sólo deben estar interesados en cantar?
-Como Club de Leones tenemos una alianza con la Agrupación de Ciegos de Valdivia, por lo que los interesados se contactan a través de ellos.
¿Los premios son en dinero?
-Sí ahora tenemos premios en dinero y además algunos recuerdos de algunas empresas que nos apoyan en esto.
¿Cuál es la importancia de participar en esta actividad del Club de Leones?
-Es importante, porque vemos que el segmento de las personas con discapacidad visual no está tan acogido en la realización de sus necesidades. Y como se habla tanto de la inclusión, hay que hacerlos sentir integrados a la comunidad.
De hecho, cuando los participantes en el festival se van, lo que más repiten es que van a compartir, no a competir.
¿Qué le gustaría a usted que pasara con el festival en el tiempo?
-Me encantaría que esta actividad la conozca todo Valdivia y que las autoridades nos ayuden, porque es mucho trabajo la organización del festival. Por ejemplo, nos gustaría poder presentarlo en un lugar más céntrico y con mayor capacidad, porque la calidad de los cantantes es altísima.
¿Cómo fue su ingreso al Club de Leones Isla Teja?
-Cuando yo era director de la Escuela de Curiñanco, una enfermera venía a atender los controles de los alumnos y ella me invitó a formar parte del Club de Leones que tenía una sede en Niebla, y después de mucho pensarlo, acepté. Ese club se terminó y pasé a formar parte del club de Leones Valdivia Isla Teja, en el cual he cumplido todos los cargos posibles.
"Me encantaría que esta actividad la conozca todo Valdivia y que las autoridades nos ayuden, porque es mucho trabajo..."
Óscar Ramírez Torres, Profesor normalista y, socio Club de Leones Isla Teja."
Un hombre dedica do a la docencia
Óscar Ramírez nació en Valdivia el 5 de junio de 1944. Es el mayor de 11 hermanos y estudió en la Escuela Normal de Valdivia. Trabajó en la Escuela de Los Ulmos, ubicada en el camino viejo a La Unión, en la Escuela Rural de Curiñanco y en la Escuela de Los Molinos. Es casado con Gloria Cofré Díaz y tuvieron tres hijas. Una de ellas reside en Villarrica y las otras dos viven y trabajan aquí en Valdivia. Además, tiene seis nietos, dos mujeres y cuatro varones.
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