Juan E.

Salazar

Jefe carrera Diseño de Videojuegos

IP Santo Tomás

Cuando de adulto se piensa en jugar, la mente suele remontarse hacia esos lugares de la infancia donde solíamos reunirnos con el grupo de pares: la escondida, el trompo, el pillarse y una serie de juegos que hacen recorrer a un pequeño trozo de felicidad por el estómago, fragmentos del pasado que se asume deben ser reemplazados por el trabajo serio y esquemático que supone la adultez.

Pero nada puede estar más alejado de la verdad. Los juegos pueden ser una herramienta innovadora para afinar nuestra capacidad cerebral, integrar nuevo conocimiento o incluso desarrollar habilidades interpersonales.

Tal y como en la infancia, el juego resulta ser una experiencia significativa que nos seduce hacia el ejercicio de múltiples competencias, que nos invita a ser parte de un colectivo que casi sin darnos cuenta nos sumerge en una realidad con su propia lógica y reglas que los participantes acuerdan implícitamente.

Con el manejo adecuado, el juego es capaz de potenciar la creatividad y versatilidad mental para anteponerse a las situaciones futuras, analizando posibles interacciones entre los jugadores y la distribución de los recursos propios.

Sin embargo, todo lo anteriormente mencionado se ve disminuido si lo comparamos con las posibilidades como elemento vinculante, puesto que el juego no conoce de diferencias etarias, económicas, de género, raciales o ideológicas.

A través de él, podemos compartir un espacio en nuestro propio hogar, con nuestros niños o con un extraño y siempre vernos fortalecidos de la experiencia. Quizás sería bueno detenerse un momento a pensar: ¿qué mejor forma de conocer a nuestros hijos que aprendiendo acerca de los juegos con los que se divierten?

Hace menos de un mes se lanzó un nuevo espacio de productos gourmet en Valdivia. Kankawe -que significa asador en mapudungún- es la apuesta de Mauricio Reyes, María Angélica Carrera, Bárbara Klett y Vanessa Delgado, quienes vieron la necesidad de un espacio para los amantes de la parrilla.

María Angélica Carrera y Mauricio Reyes son los voceros del grupo, reciben a los clientes y están al tanto de todo lo que pasa en el local. "Vanessa está a punto de tener a su bebé y Bárbara tuvo que viajar en forma urgente", dijeron al momento de tomar las fotografías.

¿Por qué decidieron hacer este emprendimiento?

-Básicamente comenzó a través de una idea de la necesidad que tienen los valdivianos, de tener un lugar donde una persona encuentre todo para hacer un asado y la previa, hasta el regalo que quieran llevar al anfitrión. En el fondo, queríamos hacer un local que reuniera todas las delikatessen para compartir con amigos y familia, en una infraestructura acogedora y atendida por sus propios dueños.

¿Hace cuánto tiempo comenzó la idea?

-Empezamos a conversar el tema en agosto de este año y nos decidimos a ponerlo en práctica.

¿Buscaron la ayuda de algún fondo para comenzar?

-No. La verdad es que todo lo que hemos hecho, ha sido con capitales propios.

¿Qué ha sido lo más complejo de este proyecto?

-Después de ver qué hacer, nos costó decidir el lugar dónde hacerlo, porque los valores que hay en el centro de Valdivia son prohibitivos. Entonces, buscamos otro lugar, que tuviera estacionamiento y que no fuera tan alejado, vimos donde estamos ahora y nos encantó.

¿Qué productos ofrecen?

-Variados cortes en carnes de vacuno, como los cortes premium de la línea Torobayo de Frival: lomo vetado, lomo liso, asado de tira, punta de ganso, punta picana y donde la estrella es el poncho parrillero, porque este corte reúne condiciones de buena calidad y es económico. Iremos ampliando nuestra oferta de carnes de acuerdo a lo que nuestros clientes nos vayan proponiendo.

Además, contamos con carne de cerdo, carnes exóticas y pronto tendremos cortes premium de cordero. Además ofrecemos cervezas artesanales de la región, vinos y accesorios como delantales de cuero, platos de madera, carbón y productos gourmet como quesos, embutidos, salsas o pescado ahumado.

¿Cómo eligen a los proveedores?

-Los proveedores son de la zona sur, como por ejemplo: artesanía de Liquiñe, pastas para untar de Osorno, charcutería de Puyehue, cecinas de Huellelhue, quesos de Panguipulli y Futrono, más una amplia variedad de cerveza artesanal valdiviana y vinos. Nosotros además, vamos a a muchas ferias, como Sago de Osorno, Sofo de Temuco, Sabores del Ranco en Coique y Saborea en Valdivia. De ahí sacamos buenas ideas, porque conoces a personas que producen cosas con historia, con cuento, que tienen identidad.

¿Qué es lo mejor de emprender?

-Ver el negocio en marcha. Después de meses de construcción, tanto de las ideas como del espacio físico, el día de la inauguración principalmente fue una sensación de que estábamos logrando lo que tanto anhelamos.

¿Cuáles son los planes futuros?

-Tenemos tres metas principales: una es posicionarnos como un espacio donde la gente se sienta en casa y ser una vitrina para los productores gourmet; la segunda es desarrollar una línea de negocios que tenga que ver con la compra por Internet y por supuesto, el reparto a domicilio. Así sólo llegan a preparar las cosas. Y lo tercero -a largo plazo- es abrir sucursales de Kankawe fuera de Valdivia.

¿Cuál es el horario de atención?

-De lunes a viernes de 10 a 14 horas y de 15 a 19.30 horas, mientras que el sábado el horario es de 10 a 19 horas.