Una nueva etapa de trabajo dentro del proyecto de recolección del maqui es la que llevó a cabo la red de recolectores entre las comunas de Los Lagos, Máfil, Mariquina, Paillaco y La Unión. En estos lugares se ejecuta el proyecto "+Maqui", que en 2014 tuvo como resultado la aparición en el mercado de una bebida antioxidante del mismo nombre, y cuya mayor notoriedad se produjo en el pabellón chileno de la Expo Milán 2015, donde la bebida vendió más de 11 mil unidades a visitantes de 140 países.
La nueva etapa fue de perfeccionamiento, se prolongó durante varios meses en 2016, y tuvo que ver con adquirir nuevas habilidades para emprender actividades anexas a la recolección. Lo anterior fue posible a través de una iniciativa de formación denominada "Programa Recolectores del Bosque", con la cual Fundación AcercaRedes marca su participación en el proyecto "+Maqui".
Andrés Mellado, director de AcercaRedes Hub Los Ríos Norte, sede de la fundación ubicada en Mariquina, comentó que este programa incluyó talleres orientados a la gestión responsable de los recursos naturales.
"Buscamos que los recolectores se motiven y hagan su propio escalamiento dentro de la cadena de valor del maqui, creándose nuevas oportunidades laborales que van desde convertirse en formadores sénior para los recolectores nuevos; hasta prestadores de servicios logísticos dentro del proceso de recolección, o en áreas como la comercialización de frutos silvestres en general", agregó Andrés Mellado, puntualizando que "esta etapa permitirá que ellos comiencen a detectar su capacidad de emprendimiento más allá de la pura recolección del fruto; siendo sus eventuales decisiones o propuestas respaldadas con una metodología de incubación de negocio para analizar su factibilidad".
Recolectores
Aproximadamente son cuarenta personas y sus familias las que regularmente integran la red de recolectores de productos forestales no maderables y que se despliegan recorriendo los distintos predios de la empresa Arauco en Máfil, Paillaco, Mariquina, Los Lagos y La Unión.
Todos ya se aprontan a iniciar la cuarta campaña de recolección este verano, articulando nuevamente esta relación entre la firma forestal y la comunidad local, asociatividad que nace al alero del proyecto +Maqui creado en 2011 .
Muchos de los recolectores participantes son considerados tradicionales, es decir que han practicado esta labor casi toda su vida. Aquella fue una de las cualidades que motivó la puesta en marcha de un modelo de valor compartido, donde los recolectores trabajan asociativamente con la empresa, de modo de asegurar que la fruta recolectada sea bajo principios de sustentabilidad y buenas prácticas productivas y ambientales, y en un marco de permanente apoyo a su trabajo.
"Nos enseñaron a ser muy rigurosos con la recolección; por ejemplo aprendimos a siempre dejar un treinta o cuarenta por ciento de la mata del maqui para que el otro año la semilla germine y así poder asegurarnos la vida de la planta. O sea nosotros no cortamos de raíz la mata, sino que sacamos el maqui podando las ramas; porque de lo contrario sacrificamos la recolección para el año entrante", asegura José Sandoval Jara, integrante de la red de recolectores desde los inicios del proyecto y quien dice traer consigo una larga tradición en la labor de recolectar frutos silvestres del bosque.
"Desde los catorce años que trabajo en esto, y es un oficio como cualquier otro, que demanda responsabilidad y compromiso de querer ejercerlo y ganar el sustento", concluyó el trabajador.
Características fundamentales de +Maqui como éxito y novedad de la industria
El proyecto considera mejoras sostenibles en las condiciones de trabajo de los recolectores quienes, mediante normativas de certificación internacional, son capacitados sobre técnicas silvícolas específicas que aseguren la disponibilidad del maqui año tras año, y una mínima intervención en el ecosistema.
Tales parámetros también garantizan una adecuada implementación en indumentaria, movilización, alimentación y seguridad de desplazamiento en los bosques. Asimismo son capacitados en otras áreas como la asociatividad comunitaria, y trato justo en la comercialización del maqui. En esa línea, Pablo Solís, quien se dedica hace tres temporadas a este oficio, valoró que "los talleres abren oportunidades para nuevas labores, pensar en ser más independientes y prestarle un servicio a la forestal ejerciendo una labor de apoyo para los recolectores nuevos" dijo Solís, quien reside en la localidad de Colonia Paillaco.