La etapa más bella
Jefa carrera Educación Diferencial
UST Valdivia
El paradigma instalado en la sociedad dice que envejecer es el mal a vencer. La publicidad nos bombardea con anuncios de cremas anti-edad, dietas para rejuvenecer la piel y el cuerpo, se suman mágicos suplementos que hacen sentir más joven, además de las ofertas de cirugías plásticas y cosméticas que buscan eliminar arrugas, tensar la piel y dar la apariencia de un cuerpo 5, 10 o más años menor. Pero, la realidad dice que envejecer no es malo, sino todo lo contrario, solamente seguimos el orden natural de nuestras vidas.
Envejecer, lejos de disminuir nuestras energías nos puede hacer sentir más vitales y felices que nunca. Un claro ejemplo es el de la estabilidad. Con la edad ganamos templanza, paciencia y vemos la vida desde otro punto de vista. Ya no tenemos apuro por llegar al final del día y aprendemos a disfrutar de los pequeños momentos y de cada detalle que antes ni siquiera percibimos.
A comienzos de la adultez, enfrentamos situaciones estresantes: qué carrera seguiremos, si nos casaremos, si tendremos hijos, decisiones laborales y cuestiones de gran peso en nuestras conciencias. En la adultez mayor, estas preocupaciones son agua que pasó bajo el puente. Y no es solo eso. La ciencia ha demostrado que en el cerebro, los procesos de sinapsis (las conexiones cerebrales) se dan de manera más fluida y natural, con menores distracciones y obstáculos entre los 40 y 68 años.
La mayor preocupación es la salud en la tercera edad. Son habituales las recomendaciones sobre dieta, ejercicio o estilo de vida saludable, restando importancia a la dimensión psicológica, al derecho que se han ganado a ser o seguir siendo felices. La tercera edad debería ser una etapa marcada por la tranquilidad, estabilidad y la posibilidad de hacer actividades o llevar a cabo proyectos que no se hicieron y como señalan algunos especialistas, "tengan un buen balance afectivo (más emociones positivas que negativas), que se sientan satisfechos con su vida, capaces de realizar sus tareas cotidianas y lo más importante, que tengan amigos y familiares con quienes compartir las cosas buenas de la vida".
Anny
Catalán