Jefa de Carrera de Podología Clínica CFT Santo Tomás
A lo largo de la vida, especialmente en la adultez, es fundamental la adecuada selección de un calzado, ya que representa una pieza de protección importante para nuestros pies. De hecho, una mala elección deteriora nuestra calidad de vida, ya que son los pies los que nos proporcionan el equilibrio y movimiento de nuestro cuerpo, siendo nuestra principal conexión con la tierra.
Resulta entonces importante preocuparnos de su cuidado, especialmente en este ciclo de la vida donde se hacen más latentes las patologías podológicas. Por ejemplo, la edad y el sobrepeso aumentan las posibilidades de tener problemas de esta índole, como pie plano, artrosis, edemas, osteoporosis, tendinitis, artritis, entre otros. Desde esta perspectiva se recomienda, que el adulto mayor, en especial el diabético, use calzado en lo posible de cuero, sin costuras internas, anchas y flexibles, bajas y cómodas, que den seguridad y apoyo al caminar.
Al respecto, en un artículo escrito por Romina Matoglio y denominado "Si duelen los pies, duele todo" se cita a Juan Sánchez, especialista en tobillo y pie, quien recomienda: "el calzado debe tomar bien el talón, tener un contrafuerte duro, un buen puente entre la parte de atrás y la de adelante y, sobre todo, amoldarse al pie. En cuanto al taco, no debería superar los cuatro centímetros…". Asimismo, Gustavo González, del servicio de traumatología del Sanatorio Allende de Córdoba, sugiere que "el calzado no debe apretar el tobillo, y la suela tiene que ser flexible y de un material que absorba el choque contra el suelo"….En cuanto a la punta del zapato, ambos afirman que debe ser ancha y redondeada, lo que permitirá a la persona moverse con comodidad.
Por lo tanto, es clave escoger de manera correcta el calzado ya que nos permitirá caminar más tranquilo, confiado y seguro, fortaleciendo nuestra independencia y autonomía, y alcanzado así un mayor bienestar.
Romina
Garrido