30 años | 2 de mayo de 1987

Entregaron puente Cruces, ruta a Corral y dos avenidas

La presencia en la zona del Primer Mandatario culminó con la entrega de diversas obras de progreso. El general Pinochet inauguró el puente Cruces, entregó la ruta de Valdivia a Corral y también se procedió a la apertura de las avenidas Los Lingues y Los Robles, en Isla Teja, que son complementarias para el avance hacia la costa.

20 años | 2 de mayo de 1997

A todo el país encargan a reos fugados de Isla Teja

A todo el país fue encargada la captura de cuatro peligrosos delincuentes que se fugaron desde el penal valdiviano de Isla Teja, donde se encontraban cumpliendo sentencias. Los reos, que están calificados como peligrosos, tuvieron mucho tiempo de ventaja tras su escape y hasta el momento no hay pistas para su detención.

10 años | 2 de mayo de 2007

Torreón no para de sumar y ahora ganó a Concepción

Una nueva victoria consiguió el equipo de Deportes Valdivia sobre Deportes Concepción B, en el torneo de Tercera División. Los albirrojos de Eduardo Soto vencieron a los lilas por 3 a 1 en el estadio del Parque, con dos goles de Eduardo Navea y uno de Pablo Acum, que dieron vuelta el marcador que había abierto el penquista César Reyes.

Nuestra democracia enfrenta una creciente desafección ciudadana por lo público y lo político, con un consiguiente escaso involucramiento de los ciudadanos en aspectos colectivos.

Es así que escuchamos habitualmente discursos más promotores de los derechos que las responsabilidades o virtudes cívicas. La ciudadanía concentrada en derechos tiene larga data, su principal exponente es T. H. Marshall en "Citizenship and Social Class", escrito en 1949. En opinión de Marshall, la ciudadanía consiste esencialmente en asegurar que cada cual sea tratado como un miembro pleno de una sociedad de iguales.

La manera de asegurar este tipo de pertenencia consiste en otorgar a los individuos un número creciente de derechos. A esta concepción suele denominársela ciudadanía "pasiva" o "privada", dado su énfasis en los derechos y en la ausencia de toda obligación "moral o legal" de participar en la vida pública. ¿Es suficiente esta dimensión de la ciudadanía para enfrentar la complejidad del mundo actual? Claramente no es suficiente. Se hace necesario revisar la definición de ciudadanía generalmente aceptada, con el fin de incorporar el creciente pluralismo social y cultural de las sociedades modernas. Existe una fuerte necesidad de complementar la aceptación pasiva de los derechos de ciudadanía con el ejercicio activo de las responsabilidades y virtudes ciudadanas y por sobre todo con el involucramiento de los ciudadanos en los asuntos concernientes al espacio público.

En palabras de Oldfield, la vida pública, social o comunitaria es superior a las satisfacciones puramente privadas que puedan proporcionar la familia, o la profesión. Este enfoque señala que el mercado no es suficiente para enseñar esas virtudes. Según Walzer, "la civilidad que hace posible la política democrática sólo se puede aprender en las redes asociativas" de la sociedad civil.

Este enfoque parte del supuesto que la estabilidad de una democracia moderna no depende solamente de la justicia o de la garantía de "los derechos" por parte del Estado, sino también de las cualidades y actitudes de sus ciudadanos frente a las políticas públicas. La ciudadanía activa no es simplemente un status legal definido por un conjunto de derechos y responsabilidades. Es también una identidad, la expresión de la pertenencia a una comunidad política.

Egon Montecinos M. Doctor en Ciencia Política

Los científicos de todo el mundo dedicados a la investigación del fenómeno de los terremotos, sus derivados y sus consecuencias, han debido enfrentar en los últimos años no solo a erradas creencias populares en torno a estas situaciones, porque se les ha agregado la aparición de supuestos expertos que hacen de las suyas en medios de comunicación poco severos con expresiones sensacionalistas, donde se lucen haciendo predicciones del más profundo catastrofismo.

Lo peor es que no falta quien manifiesta su respeto o su admiración por estos personajes, a los que toman en serio e incluso los elevan a altares plenos de admiración.

La ciencia verdadera, en cambio, la que está a cargo de profesionales de alto nivel, ha reiterado en numerosas oportunidad y cada vez que ha sido necesario hacerlo, que la humanidad todavía no tiene las herramientas necesarias para pronosticar la ocurrencia de un movimiento sísmico y que todo lo que se diga al respecto debe ser tomado como mediciones en base a experiencias anteriores.

Eso es lo que los habitantes de uno de los países con más actividad sísmica del mundo estamos obligados a tomar en cuenta.

El reciente informe elaborado por académicos de las universidades de Gent, en Bélica, Austral de Chile y de Concepción, reitera lo anterior y además entrega estadísticas que señalan, por ejemplo, que en los últimos 5.500 años en el sur de Chile ha habido 17 tsunamis.

Parecen muchos años para una exigua cantidad de eventos, pero otra de las conclusiones que entregan los investigadores es concluyente al enfatizar que no hay ciclos exactos en cuanto a la reiteración de los grandes cataclismos, otra materia en que circulan varias teorías entre el ciudadano común.

Ante lo anterior, la comunidad debe aprender a aprovechar el conocimiento aportado por trabajos similares y dejar de hacer caso a quienes no lo merecen, porque basta con los problemas propios de un cataclismo como para aumentarlos con la presencia de estos agoreros.