Si nos remitimos al latín, la palabra jubilación proviene del Latín Jubilate, cuyo significado es gritar de alegría, ya que se supone que cuando un trabajador/a se retira de su actividad laboral, deja un aporte a la sociedad que responde a décadas de trabajo y el descanso es merecido, pudiendo dedicarse a otras actividades, bajo el concepto de vejez activa, lo que involucra cuidar la salud.
No podemos olvidar que el jubilarse es un derecho social reconocido, lamentablemente hoy en nuestro país este grito de alegría -para muchos- es exiguo, más bien es un grito de desencanto al comprobar cómo sus pensiones son de baja cuantía, teniendo un porcentaje considerable de los jubilados que trabajar por necesidad.
En este contexto, es que la Iglesia Católica entrega a la comunidad un documento titulado: "Más solidaridad en el Sistema de Pensiones", contribuyendo con una mirada amplia a esta discusión, invitando a legislar sobre el Sistema de Pensiones y destacando conceptos como: solidaridad, rol del Estado, bien común y participación ciudadana. Términos que en medio de modelos de eficiencia económica, porcentajes de aumento de cotizaciones, densidad previsional, tasas de reemplazo, hacen bien al apuntar a que las iniciativas tengan un fundamento ético-humanista, centrado en las personas y dejando de lado el estricto individualismo. Actualmente, existe un pilar solidario que ha sido un primer paso para profundizar en la materia, aunque no sea suficiente, por los bajos montos en la Pensión Básica Solidaria y en el Aporte Previsional Solidario, quedando mucha gente fuera de este beneficio.
Pues bien, al emplear el concepto "Solidario", quiere decir que la sociedad toda se debiera hacer cargo de retribuir el aporte de los adultos mayores al crecimiento de nuestro país. Por lo mismo, dicho documento enfatiza en que los montos de las pensiones deben estar primero que las ganancias de las Administradoras de Fondos de Pensiones, dado que la percepción de las personas es que es un negocio muy rentable, mientras las pensiones son bajas. Asimismo, el escrito rescata el rol del Estado como actor de la promoción y defensa del bien común, tanto de las personas como de las instituciones. Y a pesar que existe un fondo de educación previsional se debe profundizar en la formación e información previsional de las personas y su participación activa.
Francisco Mena Bastidas
Director de la carrera de Ingeniería Comercial USS Valdivia