Estos días nos traen a la memoria la figura de Arturo Prat, hombre de su tiempo atravesado por la contingencia histórica, que no dudo de acudir al llamado del servicio que su país hacia. Ciudadano honesto y buen cristiano, como reza el lema del Instituto Salesiano, Prat nos recuerda que los cristianos no debemos aislarnos de la esfera público, sino vivir presentes en la sociedad la llamada que el Señor nos hace.
No abandonemos el espacio del debate político, el cual es propicio para aportar desde las enseñanzas del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, elementos para la reflexión sobre un sistema político orientado al bien común, que promueva la dignidad y el respeto de toda persona, el derecho a la vida, y todo aquello que ayude a crear una sociedad más justa y equitativa.
En este sentido, numerosos documentos sociales de la Iglesia nos exhortan a participar en los asuntos de interés nacional. Por ejemplo Pablo VI nos decía: "Construir la ciudad, lugar de existencia de las personas y de sus extensas comunidades, crear nuevos modos de proximidad y de relaciones, percibir una aplicación original de la justicia social, tomar a cargo este futuro colectivo que se anuncia difícil, es una tarea en la cual deben participar los cristianos".
En este sentido, cuando el joven Arturo Prat llegó a la Corte Suprema a rendir su examen y recibirse de abogado, al entrar a la sala, un auxiliar de la Corte le pidió que le entregara el sable, y Prat procedió a hacerlo, acatando la tradición de que las armas deben deponerse ante el Derecho. Es ciertamente, todo un símbolo del respeto al Derecho y a la majestad de la ley, es este el servicio que nos pide hoy nuestra Patria, deponer todas nuestras actitudes partidistas, sesgadas e ideológicas, para buscar entre todos los elementos éticos y legales que plasman y proyectan en el tiempo nuestra verdadera "alma nacional", cuya matriz cristiana no podemos borrar.
Nuestro momento histórico es apasionante, tal como lo fue en su momento para Prat y sus hombres, ellos inmolaron su vida por nuestra Patria y su libertad, a nosotros nos corresponde proyectar en diálogo y sacrificio el bien de nuestro Chile.
Ignacio Ducasse
Obispo de Valdivia