Victoria Gatica Villegas
Haciendo alusión a la necesidad de mejoras de infraestructura en el establecimiento, estudiantes del Complejo Educacional Tierra de Esperanza, de Neltume, se tomaron el martes las dependencias del recinto, exigiendo la reparación de la estructura de contingencia, habilitada tras el incendio del establecimiento el pasado 13 de abril. Los manifestantes aseguraron que solamente depondrán la toma cuando los trabajos de mejoramiento comiencen.
Ayer y luego de una reunión, las autoridades y la comunidad educativa formalizaron acuerdos para subsanar las exigencias del petitorio, las que se concretarán con trabajos efectuados por personal municipal.
Los principales problemas denunciados son goteras, deficiencias del sistema eléctrico y de calefacción. Las instalaciones de emergencia fueron habilitadas en el patio techado del establecimiento, donde se construyeron ocho salas.
Mejoramiento
Tras conocer las problemáticas de la comunidad educativa, el alcalde de Panguipulli, Rodrigo Valdivia, se reunió con el jefe del área de educación de la corporación municipal, Claudio González, y Norca Lillo, secretaria de la misma corporación, para analizar las peticiones realizadas por la asamblea de dirigentes estudiantiles, centro de padres, equipo docente y apoderados.
Luego de la jornada, aprobaron un plan de contingencia destinado a la reparación de fisuras y goteras. "Además, nos comprometimos a reparar el sistema de electricidad que tienen las salas, junto con la red de calefacción", detalló Rodrigo Valdivia.
El petitorio expuesto contenía puntos como la reparación del patio techado, el cambio de planchas de zinc en el techo del gimnasio provisorio, cambio de techo de módulos de salas, el cambio del cubrepiso y el chequeo de la red eléctrica (calefacción e iluminación).
"El clima nos jugó una mala pasada y evidenció las falencias que había. Esperamos tener pronto la escuela modular, para que los estudiantes estén más cómodos, que es lo justo", precisó Norca Lillo.
Docentes exigen mejorar las condiciones
Mediante una declaración pública, los funcionarios del establecimiento expresaron que luego del incendio, "las salas construidas bajo el patio techado del recinto no cuentan con condiciones mínimas para ejecutar clases, tanto para docentes como estudiantes, ya que se filtran de agua por las goteras del techo y carecen de calefacción. Dichas filtraciones conllevan un riesgo eléctrico importante, ya que las instalaciones de iluminación han fallado, por lo mismo. La humedad constante en las aulas ha generado la proliferación de moho, lo que provoca un riesgo considerable para nuestra salud y la de los estudiantes".