Además de ser abogado, Roberto Molina dedica su vida a la lectura y escritura. Su amor por la literatura llegó a tal punto que es escritor y fue parte del equipo que dio vida en 2013 a la Fundación Nutram-Kutralwe: Para el desarrollo de la lectura y educación en Valdivia, de la cual actualmente es su director ejecutivo.
Bajo el alero de la fundación, Roberto Molina propuso la idea de gestar un proyecto cultural de animación a la lectura, expresión artística y vínculo social, en el cual se generen instancias de encuentro entre las personas y el arte. De esta forma surgió Ludens-Taller.
Según precisó Molina, "el taller se inspiró en la propuesta de ofrecer un espacio en el cual los niños tengan un lugar propio para reunirse, crecer como lectores y encontrar en los libros, el arte y la cultura en general, alternativas de expresión, comunicación, placer y conocimiento".
Origen
¿Cómo surgió la idea de emprender bajo el concepto de Ludens-Taller?
-A raíz de algunas experiencias y tras ganar un proyecto para el fondo de la ley de donaciones culturales hicimos clubes culturales en varias comunas de la región y quisimos hacer esto como una iniciativa y especie de emprendimiento, porque en el fondo es una entidad privada, pero sin fines de lucro. Nosotros hacemos estos talleres que tienen un valor, con lo cual se financia el proyecto, porque no tenemos fondos públicos para esto, para pagar a los profesionales y el local, en el fondo para mantenernos.
¿Cómo se concretó la idea inicial?
-Pensamos en hacer hartos talleres, porque el grupo está formado por especialistas en educación, lenguaje, literatura, animación a la lectura y pedagogía artística. Ellos crearon talleres denominados "servicio de guardería cultural".
¿Cuáles son los espacios que considera?
-Cuenta con una biblioteca especializada en literatura infantil y una ludoteca, que es un espacio con una infraestructura mágica, que permite que los niños puedan jugar y expresarse de manera artística, aproximándose como lo dice su nombre, de forma lúdica y a través del juego a la literatura y escritura.
¿Por que el nombre de Ludens-Taller?
-En honor a la obra del holandés Johan Huizing, llamado Homo Ludens. Todos nos han hecho creer que somos Homo Sapiens, seres racionales, pero lo que menos somos es racionales, si no que somos emocionales, nosotros hacemos y progresamos en lo que hacemos en la medida en la que lo amamos y nos aproximamos con cariño.
¿Cómo se traduce este amor en la lectura, en el caso de los niños?
-Si el niño se acerca con ese afecto a los libros, creo que la comprensión lectora cae por su propio peso y no pasa a ser un problema terrible, como ahora. Aunque sea una iniciativa privada, buscamos contribuir de esa forma a la sociedad valdiviana, porque este trabajo es inmenso y continuo.
¿A su juicio, por que existe deficiencia en la lectura?
-Porque desde primero básico es un requisito aprender a leer y escribir, a los 10 años odian los libros, entonces siempre hay una especie de disputa. Creo que pasa porque faltan espacios y las instancias en las que ellos se entusiasmen con la lectura.
¿Cuáles son las próximas actividades que realizarán en el taller?
-Vamos a invitar a los escritores locales, que son muchos en la zona, poetas, novelistas, ilustradores, entre otros. Queremos convocarlos a que ellos participen, cuenten su historia y motiven a otros, son gente sumamente interesante, que sin duda tienen mucho conocimiento y experiencia por entregar a la comunidad.