Grito del Ranco
Hace 14 años, los alcaldes de las 12 comunas de la entonces Provincia de Valdivia decidieron pasar de las palabras a la acción, para llevar un paso más adelante la lucha que por años arrastrábamos los habitantes de este territorio.
El nombre "El Grito del Ranco" ejemplifica claramente cómo, quienes vivíamos en ese entonces en la Provincia de Valdivia, veíamos con impotencia y desesperación que a pesar de las continuas y permanentes demandas locales, la nueva región no llegaba.
Era tiempo de gritarle al país y al Estado; era tiempo de levantar la voz, organizarse y exigir reparo a lo que los habitantes de este territorio venían sufriendo hace décadas. La provincia demandó autonomía, reclamó la división regional y reivindicó el derecho a tener presupuesto propio y dejar de ser el último territorio de la extensa región de Los Lagos y el patio trasero de Puerto Montt.
Este 2017, se cumplirán 10 años desde la concreción de este anhelo arrastrado por décadas. Este 2 de octubre, celebraremos la primera década de nuestra querida Región de Los Ríos y me parece fundamental destacar hoy a quienes fueron parte fundamental de este sueño.
Trabajando de manera transversal y con un objetivo en común, los 12 alcaldes de esa época se organizaron y lideraron gestiones de los distintos actores de la comunidad a nivel nacional, en el Congreso y ante el propio gobierno. Fueron años de lucha que tuvieron su punto crucial el día 2 de octubre del 2007, cuando finalmente entró en vigencia la ley que creaba nuestra querida Región de Los Ríos.
Este enorme proceso que lideraron hombres y mujeres hace más de una década mantiene un mensaje vigente para todos nosotros hoy: el trabajo mancomunado, transversal, integrador y generoso logra derribar muros, romper modelos y concretar sueños colectivos.
Hoy, como Asociación Regional de Municipalidades reafirmamos nuestro compromiso con nuestro territorio y sus habitantes.
Hoy, invitamos a reavivar El Grito del Ranco que nos inspiró hace 14 años, para que trabajando juntos concretemos un desarrollo sostenible y justo en lo económico, social y cultural para toda nuestra joven Región de Los Ríos.
Omar Sabat Alcalde de Valdivia
Nuestra selección
En la hora de los grandes desafíos, a veces tiemblan los sentimientos, los esfuerzos y el sacrificio, porque no siempre todo resulta como uno quiere, sino como en la realidad es. Pero luchar por una noble causa, que une a un país queda en el corazón y la mente para siempre.
Gracias a los muchachos de nuestra selección porque nos enseñaron soñar y pensar que sí podíamos llegar muy alto en niveles deportivos.
Lo dieron todo y sabemos vuestro dolor, pero piensen que son un ejemplo para futuras generaciones ¡Viva Chile!
Arturo Goddard Bravo Profesor Normalista
La lección de Claudio Bravo
El llamado de Claudio Bravo, capitán de la selección chilena de fútbol, a rescatar nuestra historia deportiva, plantea una inflexión que como país debemos hacer para mirarnos y preservar nuestro patrimonio e identidad cultural en las distintas dimensiones.
Bravo, con pena, apunta a la rareza de ver un Estadio Nacional vacío, sin recuerdos del Mundial del 62', de los JJ.OO. de Sydney o de lo que se ha logrado en materia deportiva. A renglón seguido, remarca la necesidad de contar con un lugar digno para entrenar, en mérito a lo conseguido en los diferentes encuentros deportivos que han puesto al balompié chileno en un lugar insigne, no sólo en la Copa Confederaciones.
En esta ocasión, el deporte ha planteado el imperativo de conservar "lo nuestro". En otras oportunidades ha sido la poesía o las artes en general y, en reiteradas ocasiones, lo ha hecho el periodismo. Hoy aparece como necesidad urgente reconocernos como comunidad para cuidar a nuestra gente y preservar los espacios que compartimos, a través de políticas públicas consistentes, pero también mediante una actitud y una acción fraterna. Las transformaciones que Chile ha tenido en las últimas décadas y, el progreso que ello ha implicado, hacen pensar que podemos dedicar esfuerzos para preservar nuestro patrimonio y reforzar nuestra identidad cultural en todas sus expresiones, como bien lo ha hecho presente el capitán de la selección de fútbol.
Gabriel García Márquez, en su novela 'El coronel no tiene quien le escriba', recuerda que "los seres humanos no nacen para siempre el día que sus madres los alumbran: la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez, a modelarse, a transformarse, a interrogarse (a veces sin respuesta), a preguntarse para qué diablos han llegado a la tierra y qué deben hacer en ella".
Parece que ha llegado el tiempo de entender que lo dicho por Bravo no es sólo una voz, sino representa un sentimiento colectivo. Ello plantea una demanda social, pero además obliga a practicar una actitud cotidiana fraterna con nuestra gente, reconocer el valor del patrimonio cultural construido como nación y preservar este legado para las nuevas generaciones, más allá de la pertinencia de este llamado inmerso en la coyuntura de una justa deportiva internacional.
José Miguel infante Dir. Esc. Periodismo. U. Central