Juan Vargas Oñate
Pérdidas que bordean los 600 millones de pesos dejó en Panguipulli el incendio que la tarde del lunes destruyó un supermercado y una panadería con rotisería, en cuyo inmueble, en el segundo piso, estaba la vivienda de la familia propietaria y en la parte baja la oficina de administración de una empresa local de buses.
La fiscal jefe de esa comuna, Alejandra Anabalón, quien dirige la investigación para establecer el origen del siniestro, manifestó que el avalúo se hizo de acuerdo a lo declarado ante Carabineros por los propios comerciantes afectados, detallando que la situación es aún más compleja por cuanto, de acuerdo al mismo relato, no había seguros comprometidos por la propiedad, sólo por algunas de las máquinas usadas en el lugar, generando pérdidas directas para todos quienes dependían de los negocios que funcionaban hasta ese día en la esquina de las calles Juan Pablo Segundo y Libertad.
Pericias
Ayer en el lugar del siniestro seguía trabajando el Labocar de Carabineros de Valdivia, no obstante los numerosos rebrotes de fuego que se registraron posterior al inicio del incendio, y que incluyeron uno último, ayer a las 7 de la mañana, indicó el comisario de Panguipulli, mayor Carlos Liberona.
Sobre las pericias efectuadas en el lugar en busca del origen del fuego, el informe policial preliminar indica que el origen de las llamas pudo ser la explosión de un cilindro a gas, que estaba ubicado en la parte posterior del inmueble y alimentaba la panadería.
Un testigo de los sucedido informó a Carabineros que momentos antes de iniciarse el fuego, se escuchó una fuerte explosión que provenía del lugar donde justamente estaba instalado el cilindro.
La fiscal Alejandra Anabalón señaló que junto al reporte policial ahora habrá que esperar el informe definitivo del Labocar, que incluye el resultado de las muestras recogidas y las pericias realizadas en el recinto comercial siniestrado.
Tradición de 20 años en comercio local
Cercanos a las familias de comerciantes afectados en el incendio de Panguipulli, aseguraron que son cerca de 20 años de trabajo que se redujeron a cenizas, tanto en el caso de Gloria Novoa Ulloa, al frente de la panedería y rotisería, asi como en el de Richard Gómez, en su supermercado.