El Gobierno español anunció ayer que aplicará la Constitución para asumir las funciones que ejercen las autoridades de Cataluña y restablecer así la legalidad, después de que el líder regional, Carles Puigdemont, amenazara con votar la independencia en el Parlamento catalán si no hay diálogo.
Un Consejo de Ministros extraordinario, presidido por Mariano Rajoy, aprobará mañana las medidas de intervención para "proteger el interés general de los españoles, entre ellos los ciudadanos de Cataluña" y restaurar la legalidad en la región, según las previsiones del artículo 155 de la Constitución, informó ayer el Ejecutivo.
Ese artículo establece que, si una autoridad autonómica no atiende el requerimiento para volver a la legalidad, el Gobierno aprobará un decreto con medidas concretas para asumir competencias regionales, que enviará al Senado para su autorización y aplicación efectiva.
Fin del plazo
Puigdemont comunicó ayer por carta a Rajoy que, si éste "persiste en impedir el diálogo", el Parlamento regional "podrá proceder a votar la declaración formal de independencia" de Cataluña.
Al terminar el segundo y último plazo del requerimiento que le había enviado Rajoy, el líder catalán, a quien se le pedía que aclarase si alguna autoridad de Cataluña había declarado la independencia y se le instaba a restituir el orden constitucional en la región, aclaró en la carta que el Parlamento regional "no votó el día 10" la declaración de independencia y, según asegura, su "suspensión continúa vigente".
Ante esto, el Ejecutivo central "constató" en un comunicado la negativa del presidente regional a atender el requerimiento y, en consecuencia, "continuará con los trámites previstos en el artículo 155 de la Constitución para restaurar la legalidad en el autogobierno de Cataluña".
Esta sería la primera vez que se aplicará ese artículo en los 39 años transcurridos desde la aprobación de la Constitución española de 1978.
Restaurar la ley
El lunes pasado, en una primera carta, Puigdemont no aclaró si se había proclamado la independencia y ofrecía a Rajoy abrir un periodo de dos meses para dialogar y buscar una salida al contencioso.
Ante esto, ayer el Gobierno central denunció la actitud de los gobernantes catalanes de "buscar, deliberada y sistemáticamente, el enfrentamiento institucional a pesar del grave daño que se está causando a la convivencia y la estructura económica de Cataluña".
Así, el Ejecutivo pondrá "todos los medios a su alcance" para restaurar la ley, la "convivencia pacífica" en Cataluña y frenar el "deterioro" de la seguridad jurídica, enfatizó el vocero de Madrid, Íñigo Méndez de Vigo, en una declaración institucional.
Por otro lado, el presidente del Poder Judicial español, Carlos Lesmes, estimó que esas medidas "deberán ser, sin duda, proporcionales y ajustadas" al objetivo. Además, representantes del Gobierno se reunieron con dirigentes del Partido Socialista (principal de la oposición) y los liberales de Ciudadanos (cuarta fuerza parlamentaria) para ultimar la concreción de las medidas que se aprobarán mañana.
El partido independentista catalán PDeCAT, al que pertenece Puigdemont, lamentó que se esté "a punto" de entrar en un escenario "malo" para el resto de España y "muy difícil" en Cataluña.
"El Gobierno continuará con los trámites previstos en la Constitución para restaurar la legalidad en el autogobierno de Cataluña".
Íñigo Méndez de Vigo, Ministro Vocero de España"
"Si el Gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo, el Parlament de Cataluña podrá proceder a votar la independencia".
Carles Puigdemont, Presidente de Cataluña"
Europa apoya la legalidad española
Tras lo acontecido en la mañana en España, el Presidente hispano viajó a Bruselas para participar en la Cumbre de la Unión Europea (UE). Allí, los jefes de Estado de los países de Europa condenaron el accionar del secesionista Puigdemont y dieron su apoyo a Mariano Rajoy. Angela Merkel, la Canciller alemana, dijo que espera que la solución a este conflicto "tenga como base la Constitución española" y que apoya la posición de Madrid. Vladimir Putin, el Presidente ruso, entre otros líderes, opina lo mismo que la Mandataria germana.