La pobreza tiene cara de mujer" es una frase que se repite cada vez que se analizan las cifras nacionales y que lamentablemente se verifica en regiones como Los Ríos, cuya población presenta altos índices de vulnerabilidad: 18,2 % del total de habitantes en una medición multidimensional (Casen), pero un 30% según la Fundación Sol (www.fundacionsol.cl), sin considerar bonos estatales.
Esa realidad afecta en particular a aquellas familias monoparentales que son lideradas por una mujer y que llegan a 47 mil, concentradas principalmente en el área urbana de las doce comunas.
De acuerdo a la encuesta de caracterización socioeconómica Casen 2015 (la última con cifras disponibles) un 39,5% de los hogares regionales tienen como sostén a una mujer, cifra que ha subido en un 10% en la última década.
No todos los hogares con jefatura femenina son pobres; pero sí presentan menores niveles de ingresos promedio que los hogares biparentales liderados por varones.
A nivel nacional, un 52% de los hogares del primer decil ($48.750 de ingreso mensual por persona integrante de la familia) tiene a una mujer como jefa de hogar; mientras que en el quinto decil ($154.166 mensuales por persona) la participación de la jefatura de hogar femenina llega al 40% y baja hasta el 30% en el décimo decil ($611.729 y más por persona).
Para comprenderlo con más claridad se puede decir que de cada 100 pesos de ingreso autónomo disponibles en el país, 62 son percibidos por un hombre y 38 son percibidos por una mujer, aunque ellas representan el 52% de la población.
Esta inequidad -que se repite en la región en similares proporciones- se explica principalmente por las brechas salariales asociadas al género, la menor participación femenina en la fuerza laboral de la región (la más alta cesantía también) y la informalidad del empleo de aquellas que deben compatibilizar generación de ingresos con cuidado de los hijos e hijas.
En este escenario -ampliamente descrito en el seminario organizado por Prodemu hace pocos días- queda claro hacia dónde deberían orientarse las políticas regionales de capacitación, apoyo al emprendimiento y colaboración para ingreso al mundo laboral.