Pablo Quintana Villanueva
Fieles católicos pertenecientes a las diferentes parroquias del decanato San Antonio Abad de la diócesis de Valdivia, celebraron ayer la festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María con una procesión que partió en avenida Ramón Picarte entre la calle Carlos Condell y el colegio María Auxiliadora.
Fueron cerca de mil personas -según estimación hecha por Carabineros- las que caminaron por la principal arteria de la ciudad hasta llegar a la Plaza de la República, al tiempo que la figura de la Madre de Dios fue llevada en una calesa por un grupo de cuasimodistas de la comunidad parroquial del Buen Pastor.
Una vez que la multitud se instaló frente a la Iglesia Catedral, se efectuó una liturgia en la que se leyó el pasaje del Evangelio según el apóstol san Lucas, en el que el ángel Gabriel anuncia a María que dará a luz un hijo, Jesús, por obra del Espíritu Santo.
Posteriormente, el administrador apostólico de Valdivia, padre Gonzalo Espina, pronunció una homilía en la que abordó el papel de la Virgen María en la Iglesia, como un modelo de vocación y servicio a Dios, y como "mujer del Adviento, mujer de esperanza".
Mensaje
El padre Espina recordó en su sermón que la solemnidad recuerda que la Virgen María fue preservada del pecado por causa de llevar en su vientre a Jesús, y que "acompaña la vida de cada cristiano y de toda la Iglesia. Ella es imagen y modelo de la Iglesia".
También enfatizó que la Madre de Dios, a través de su propia experiencia, es un modelo para escuchar la llamada a servir a Dios. "Nosotros estamos llamados a seguir el ejemplo de María, confiar y responder afirmativamente. Como el sí de María, de tanta trascendencia en la historia de la salvación, también nuestros sí son insustituibles", expresó el sacerdote.
Junto con llamar a los jóvenes a "que nadie les robe la fe, la esperanza ni el amor", valiéndose de las palabras del Papa Francisco, señaló que la Virgen es "figura del Adviento, modelo de esperanza y de espera. Acogió la increíble propuesta de Dios, más allá de no poder comprender cómo; confió y quedó carnalmente en 'estado de buena esperanza' y dará a luz al Mesías, al Señor, acontecimiento a vivir intensamente en la Navidad".
Oración de todos
Tras la celebración, el padre Gonzalo Espina expresó que así como hizo el Sumo Pontífice en 2013 al ser anunciado a los católicos del mundo, "pido a mis hermanos que oren por mí. De hecho, lo digo muchas veces en las celebraciones, reiterándoles que necesito la oración de todos. Y el hecho de ser capaz de desempeñar mi función actual con mis servicios de antes, esto sólo puede deberse a que la gente está rezando y ayudándome con su cariño".
En ese sentido, indicó que "nuestra esperanza como diócesis es tener un nuevo obispo. Mi cargo de administrador apostólico cesará cuando se nombre un obispo y tome posesión del cargo".