Esta semana hemos sido testigos como el ministro de Agricultura señaló a medios regionales que "la parte más crítica de la fiebre Q ya había sido superada y en Los Ríos no hay ningún caso", y que "el trabajo realizado ha permitido garantizar no tengamos casos". Antes, ya habíamos escuchado del SAG Nacional que se trata de una enfermedad recurrente en Chile. (pero no hay casos oficiales luego del único brote cuarentenario de 1998).
Por su parte, la Ministra de Salud y equipo han dicho que esta es una enfermedad emergente de alta contagiosidad y de declaración obligatoria ante la Organización Mundial de la Salud, OMS. Claramente aquí hay una descoordinación. Mientras el Minagri dicen que "no hay que preocuparse demasiado"; el Ministerio de Salud viene haciendo enormes esfuerzos técnicos y financieros por preparar a su personal, dado que en el brote de Osorno enfermaron trabajadores agrícolas de Manuka, sus parientes y profesionales de la salud que los atendieron.
Por otro lado, de junio a noviembre (6 meses), se reportaron 57 casos con varios graves, y de diciembre a esta semana (un mes y medio), se han reportado aproximadamente 130 casos nuevos con más de 30 confirmados por el laboratorio.
Esta semana Minsal convocó a expertos, especialistas, médicos de urgencias y de laboratorio de todos los hospitales de las regiones de La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, a fin de estandarizar conocimientos y procedimientos ante esta enfermedad emergente.
Supongo que las declaraciones del Ministro Furche fueron referidas a las salud animal, pero hay que recordar que la fiebre Q es una enfermedad de los seres humanos, y cuyo agente se porta a través de animales, por lo tanto se convierte en una enfermedad zoonótica, y al igual que la enfermedad por hantavirus en que el ratón colilargo que transporta el virus andes no enferma ni muere de hanta, sino que los que enferman son los seres humanos, en el caso de fiebre Q los animales no muestran signos evidentes de ser portadores, pero si lo transmiten a personas que enferman y eventualmente pueden agravar.
En otra columna explicaré porque esta descoordinación nos preocupa.
Iván Flores García
Diputado