Sabemos que entrar a la Universidad es uno de los fenómenos más críticos en el desarrollo de nuestros estudiantes. En esta etapa se ponen a jugar diversos factores que determinan su futuro quehacer académico tales como sus motivaciones, cambios psicosocioculturales, proyecciones y sueños que sin querer, hacen que esta etapa sea de agudas transformaciones.

Bien es sabido, que el inicio dentro de la educación terciaria debe ser una transición natural como parte de la dinámica cultural y no un rito de iniciación que propenda a enlodar una transformación vital para el desarrollo humano en experiencias aberrantes y discriminatorias, que sabemos generan interferencia y que pueden llevar hasta a la deserción y traumas que quiebren el bienestar general del individuo.

Por ello, es necesario comprender cómo influyen las bienvenidas estudiantiles y/o ritos de iniciación de una forma crítica y criteriosa para dar comienzo a una nueva etapa enfocada en el respeto y la aceptación, variables -por lo demás- necesarias para el desarrollo del sentido de pertenencia del estudiante con su alma máter.

Así pues, encontramos tres aspectos fundamentales, el primero es desarraigarse de las experiencias anteriores tales como la vida escolar, el control de los padres y los diversos locus de control externos que el adolescente arrastra consigo desde la infancia. El segundo, que abarca el cambio mismo, es un intermedio entre el momento inicial con el nuevo contexto, donde se tiende a experimentar alto grado de ansiedad e inseguridades propias de la incertidumbre académica y social. Y finalmente el rito de iniciación donde nuestro estudiante se ve incluido a una nueva dinámica social, sintiéndose parte de un nuevo rol en un determinado grupo de influencia.

Entendiendo eso, las iniciaciones juegan un papel decisivo ya que actuaría como dispositivo que marca y determina los diferentes estados del individuo en su existencia social, y con ello configurar la conciencia social propia del sujeto.

Por ello cobra especial relevancia la bienvenida "en buena onda" dentro de los escenarios académicos, esos ritos marcados por el compañerismo, la sana competencia, actividades de desarrollo valórico que vayan generando un sello y no una amenaza frente a una de las mejores experiencias del ser humano, que significan disfrutar del aprendizaje autónomo, descubrir talentos, y transparentar la vocación que los mantendrá ecuánimes y persistentes.

Ana Carolina Hernández Fernández Coordinadora de Bienestar Estudiantil USS Valdivia

30 años | 2 de marzo de 1988

U. Austral dirigirá campus universitario de Pto. Montt

El rector de la Universidad Austral, Juan Jorge Ebert, destacó el anuncio del Presidente de la República en torno a que dispondrá de fondos especiales para un campus universitario en Puerto Montt, el que dependerá de la Uach. Según el directivo, esto consolida que siempre ha tenido la casa de estudios de transformarse en la Universidad del sur.

20 años | 2 de marzo de 1998

Remozada Escuela España recibirá a sus estudiantes

El director de la Escuela España, Emardo Carrasco, destacó ayer que su plantel dará la bienvenida a sus alumnos con las 22 salas de clase y casi la totalidad de los muros exteriores pintados, además de un moderno sistema de iluminación con tubos fluorescentes. El proyecto se ejecutó con dineros delMineduc, a través del Daem.

10 años | 2 de marzo de 2008

Destacan aporte de nueva sala cuna de Pelchuquín

Con una inversión de $46 millones y una capacidad de atención de veinte lactantes, la nueva sala cuna de la localidad de Pelchuquín, en Mariquina, ya se encuentra lista para su puesta en marcha. La Información fue confirmada por autoridades regionales que efectuaron una visita al recinto y destacaron su aporte a los niños del sector.

Con motivo de haberse cumplido ocho años desde la ocurrencia del terremoto que sacudió a gran parte de la zona central del país y con consecuencias en nuestra región, como daños en la costanera y algunos sectores poblacionales, hubo recuerdos y revisión de lo que se ha hecho en las localidades que se vieron más afectadas.

Para grata sorpresa de muchos, hay lugares que fueron reconstruidos con extrema rapidez y eficiencia, como ocurre con la localidad costera de Dichato, en la provincia de Concepción, que a pesar de haber sido una de las más duramente golpeadas por la naturaleza la recuperación de los espacios urbanos se consiguió de manera contundente.

En la misma capital regional del Biobío, donde hubo una considerable destrucción, cuyas imágenes recorrieron el mundo, hoy es muy difícil reconocer un rincón que mantenga vivas las llagas.

No ha ocurrido lo mismo en Valdivia, que aún mantiene algunos puntos con muestras de las consecuencias del terremoto ocurrido hace nada menos que casi 58 años. En los Barrios Bajos y Collico, por ejemplo, todavía hay edificios en ruinas que parecen dar a entender que también quedaron en esas condiciones el 27 de febrero de 2010 y no el 22 de mayo de 1960.

El recuerdo afloró hace pocos días, a raíz de que dos jóvenes artistas decidieron pintar un mural sobre el esqueleto de lo que fue una de las fábricas de calzado más importantes de Chile. De esa forman consiguen devolver un poco de vida a uno los inmuebles que testimonian lo que fue el esplendoroso pasado industrial valdiviano.

Bien por los jóvenes artistas, que sacan de la modorra al barrio, pero no se puede decir lo mismo de lo que en el fondo significa que aún permanezca en ruinas un trozo del edificio, que posiblemente pudo haber servido para algo más interesante que seguir como testigo de la catástrofe de 1960, o bien haber sido demolido para que el espacio sirviera a otros fines. Lamentablemente, no es el único ejemplo.

Ojalá que las cosas comiencen a cambiar, en la búsqueda de una Valdivia más actualizada.