Misterios sobre su vida juvenil y cuál era su verdadera edad rodearon a querido vecino
DEBATE SOBRE SU EDAD. Aunque su cédula de identidad indicaba que nació en 1896, una investigación del Diarioaustral develó que este hecho ocurrió en 1911.
Aunque recibió muchos reconocimientos en los últimos años de vida, llegando a ser nombrado suboficial mayor honorario de Carabineros, casi toda su existencia la pasó calladamente, alejado de las grandes multitudes y dedicado a las labores del campo. La fuerza vital de Celino Villanueva Jaramillo se resistió a abandonar su cuerpo, por más que le sobrevinieran achaques de toda clase. Pero a las 5.49 horas de ayer, y como consecuencia de un accidente sufrido al caer de su cama, dejó de existir. Le acompañaban miembros de la familia Morales Ramírez, que lo cobijó desde más o menos 1995.
El misterio rodeó buena parte de su vida. Si bien su cédula de identidad indicaba que había nacido en Río Bueno el 25 de julio de 1896, la inscripción fue solicitada por él 69 años más tarde -valiéndose de dos testigos- y desde Los Lagos. Sin embargo, una investigación del Diarioaustral de Los Ríos, publicada el 4 de junio del año pasado, probó que Villanueva nació en 1911 (ver recuadro).
Pasajes de su vida
De su infancia y juventud, poco y nada se sabe. De acuerdo a la investigación realizada por el periodista Óscar Riquelme de El Mercurio, Celino cursó dos años de la enseñanza preparatoria en la Escuela de Auquinco -localidad distante unos 17 kilómetros de La Unión-, donde su maestra fue Luzmira Bastías, con quien aprendió a leer.
Sin embargo, como era frecuente en el mundo rural, debió suspender sus estudios para dedicarse a trabajar. Partió a Panguipulli, específicamente a la casa de la familia Toledo, a cuyas órdenes trabajó por espacio de 40 años, aproximadamente. Al cabo de este período, deambuló por las comunas de Lanco y Río Bueno, y tras el cataclismo de 1960 emigró hacia la costa, radicándose en Mehuín.
La vecina Marta Ramírez dijo que conoció a Celino al promediar la década de 1970, cuando éste se ganaba su sustento haciendo huertas y vendiendo el producto de su cosecha de puerta en puerta. Como dueña de Provisiones "La Sirena", recibía la visita frecuente del anciano.
En torno a 1995, y luego de un incendio, Celino Villanueva perdió todos los bienes que tenía, entre ellos, una maleta con sus documentos personales.
Hasta ese momento, según consignó el Diarioaustral en 2017, Marta Ramírez invitaba a almorzar a Villanueva "porque me daba la impresión de que comía poco o, simplemente, no comía". Y en una ocasión lo siguió, hasta descubrir que su habitación era la humilde mediagua, que no pasaba de ser un gallinero.
En familia
El siniestro lo dejó con muchas heridas, por lo que debió permanecer algún tiempo en la posta de Mehuín. Posteriormente, fue trasladado al retén de la localidad "para ver qué hacían los carabineros con él", dijo Ramírez.
Desde aquel día, comenzó a escribirse la historia de Celino como un miembro más de la familia Morales Ramírez, porque tal como recordó Marta, "el sargento me avisó por teléfono: 'Se quiere ir con usted', a lo que le dije: 'Pásemelo'. Entonces, pregunté: '¿Qué te pasó, Celino?', y se puso a llorar y contarme que se le había quemado su casita. 'Y ahora, ¿adónde te quieres ir?', le pregunté y dijo que con nosotros", de ese modo se sumó al hogar y pasó 23 años, con una familia adoptiva que le ofreció una casa, protección y cariño.
Reconocimientos
La historia de Celino Villanueva generó simpatía en diversos sectores de la sociedad. Uno de los más importantes reconocimientos que recibió fue el de Carabineros: por resolución del alto mando institucional, el 24 de julio de 2014, un día antes de celebrar su cumpleaños, el entonces jefe (s) de la Zona Policial de Los Ríos, coronel Juan Pablo Boetto, lo invistió como Carabinero Honorario, otorgándole el grado de suboficial mayor. Esto, como una forma de celebrar la longevidad de Celino y poner de relieve el respeto que éste sentía por las "carabinas cruzadas".
A pesar de que la organización Guinness World Records nunca lo reconoció como el hombre más anciano del mundo -de hecho, el martes de la semana pasada el japonés Masazo Nonaka fue declarado la persona más anciana del orbe, su figura trascendió las fronteras nacionales y motivó que el periódico inglés The Guardian señalara a fines de 2017 que Villanueva era "muy probablemente el hombre más viejo del mundo".