Académico sancionado por acoso sexual en la U. Austral se defiende y acusa confabulación
DECLARACIÓN PÚBLICA. Docentes sindicalizadas llamaron a la comunidad a manifestar su repudio frente a la decisión de Rectoría de reubicar al profesor.
"Si me acusan por pedir un abrazo, soy culpable, no tengo ningún problema, pero del resto, de todas las cosas que se están diciendo, que soy un violador, no lo soy", afirmó ayer Alejandro Yáñez Cárcamo, docente del Instituto de Bioquímica y Microbiología de la Universidad Austral de Chile, quien fue investigado por acoso sexual contra una funcionaria y, al comprobarse los hechos, fue sancionado por la casa de estudios que lo reubicó en otras dependencias.
El académico aseguró que existe una confabulación en su contra y que cuando se le informó de la acusación, "pensé que era un chiste, pensé que todo iba a pasar (...) Fue, realmente, una colusión de personas que se aliaron para hacer esta demanda", dijo.
Explicó que su interés es transparentar la situación que gatilló la denuncia de la funcionaria. Ésta está señalada en la declaración que hizo el profesor durante la investigación, cuando le relataron los hechos por los que fue acusado. Parte de la acusación de la funcionaria indica que: "(...) Luego de esto, entro al laboratorio para dejar las hojas sobre la mesa listas para que las firme, él las ve, mientras sigue hablando por teléfono, se gira hacia mí y pide por teléfono que lo esperen, se coloca el celular sobre el hombro para tapar el micrófono y me dice 'abrázame', abre los brazos y lo voy a abrazar, cuando lo hace, me presiona muy fuerte contra él y me dice al oído 'ando muy cachondo hoy'. No me suelta. Yo largo una carcajada de lo nerviosa que me puse, él se aleja y me hace la seña de silencio porque tiene a alguien en el teléfono y vuelve a atender la llamada".
Ante esa acusación, Yáñez reconoce la existencia de un abrazo, pero niega haber utilizado la expresión que menciona la denunciante.
Consecuencias
El docente manifestó que la resolución de la universidad, así como el posterior cuestionamiento público, le han afectado tremendamente. "Mi vida está despedazada, mi familia, mi entorno amistoso, todo mi ambiente, todos están muy mal porque están preocupados por mí y por cómo una universidad permite que estas cosas pasen; se ha manejado mediáticamente muy mal el tema, por qué no han dicho de qué fui acusado, si tenían datos o no para culparme".
Frente a futuras acciones, Alejandro Yáñez descartó recurrir a instancias judiciales, sosteniendo que "mi intención es que me devuelvan mi vida y estar tranquilo, poder caminar en Valdivia y que nadie me mire como un asesino (...) Quiero mucho a mi universidad, he trabajado para ella, generado y ejecutado muchos proyectos, y aun cuando estoy en esta posición, la sigo queriendo y no quiero demandar ni hacer nada contra mi universidad".