Cobre sufre fuerte baja tras inicio de la guerra comercial entre China y EE.UU.
CONSECUENCIAS. Ambas potencias se impusieron medidas arancelarias que alcanzan un valor de US$ 34 mil millones para cada una y podrían seguir aumentando. Beijing dice que es la mayor confrontación comercial de la historia. Tensiones al alza.
China respondió ayer a los aranceles comerciales estadounidenses con unas medidas de similar cuantía, por valor de US$ 34 mil millones, en un contraataque inmediato que cerró la primera jornada de la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas mundiales y que tuvo consecuencia inmediata en el cobre.
Lo anterior, porque ayer el metal rojo sufrió una caída de 1,15%, tasándose en US$ 2,86943 la libra contado 'grado A', sellando así su décima jornada consecutiva a la baja en la Bolsa de Metales de Londres. Con este nuevo descenso, el metal rojo acumuló un descenso semanal de 4,8% en una semana que no supo de números verdes.
A las 00:00 de Washington (12:00 en China) se hacían efectivas las amenazas del Presidente estadounidense, Donald Trump, y entraban en vigor aranceles del 25% a bienes importados de China por valor de US$ 34 mil millones, principalmente del sector tecnológico e industrial.
Comenzaba así oficialmente lo que China calificó como "la mayor guerra comercial de la historia" entre las dos mayores potencias económicas del mundo pero, tal y como había avanzado Beijing, sin que fuera ella la que "disparara la primera bala".
La respuesta china no se hizo esperar. Aunque inicialmente carecía de la contundencia y claridad que se esperaba, posteriormente el Ministerio de Comercio chino publicó un comunicado en el que afirmaba que el país "se vería forzado a realizar los contraataques necesarios". Tres horas después, un vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lu Kang, confirmó que "después de que EE.UU. activara sus medidas arancelarias contra China, las medidas de China contra EE.UU. se activaron inmediatamente".
Posteriormente, un comunicado divulgado por la agencia oficial Xinhua confirmó que las contramedidas chinas habían entrado en vigor a las 12:01 locales y que tenían "el mismo volumen" que las de EE.UU., tal como había advertido Beijing el 5 de junio.
Ese anuncio incluía la amenaza de Beijing a Washington de imponer aranceles del 25% a 545 productos estadounidenses por valor de US$ 34 mil millone, la mayoría de ellos agrícolas (sobre todo soja) y productos de consumo como automóviles o whiskey.
Análisis
En opinión de Louis Kuijs, de la consultora Oxford Economics, el objetivo de China pasa por "posicionarse como la campeona del sistema internacional que se rige por las reglas (de la OMC) y de la globalización económica", mientras EE.UU. se retrata a sí mismo iniciando la guerra comercial en varios frentes.
"Esto tiene mucho significado y es muy importante de cara al futuro", destacó a la agencia de noticias EFE, resaltando que no es casualidad que China aprovechara su comunicado para recordar que seguirá abriendo su economía, que protegerá los derechos de propiedad industrial y mejorará las condiciones para las firmas extranjeras.
Estas tres son algunas de las principales reivindicaciones que hacen diariamente EE.UU. y Europa a China. Son en las que se escudó Trump para aplicar los aranceles aprobados ayer contra productos industriales y tecnológicos de alto valor añadido hacia los que la potencia asiática quiere reorientar su industria dentro de la estrategia "Made in China 2025".
Mark Tinker, responsable de la división de renta variable Framlington de AXA IM en Asia, aseguró al mismo medio que todo parece apuntar a que EE.UU. está "invocando leyes de emergencia para limitar la inversión de China en compañías estadounidenses involucradas en las llamadas industrias del futuro: aeroespacial, inteligencia artificial, robótica o dispositivos médicos, etc.".
Rusia también entró a la guerra
Rusia impuso aranceles de entre el 25% y el 40% a una serie de productos estadounidenses en respuesta a los aranceles adoptados por EE.UU. para la importación del aluminio y el acero rusos. La medida se tomó en respuesta a la decisión de Washington de imponer aranceles del 10% y del 25% a las importaciones de determinados productos de aluminio y acero, respectivamente, lo que según el ministro de Economía ruso, Maxim Oreshkin, genera US$ 537,6 millones en pérdidas para los exportadores rusos.