Fisonomía de la plaza
Desde la fundación de Valdivia en 1552 y hasta pasada la segunda mitad del siglo XIX la plaza mantuvo su sitio, pero permanecía despejada. Así en tiempos coloniales solo tenía el "rollo de la justicia", una columna de piedra o madera que representaba la jurisdicción real, rematada con una cruz (G. Guarda, Un río y una ciudad de plata, pág. 53).
Fue durante la intendencia de José Irarrázaval (1873-1875) que fueron traídas desde Francia cinco estatuas de fierro para su adorno, que representaban, la del centro y principal a la República de Chile, y las de las esquinas, a las Artes Liberales, las Ciencias, la Industria y el Comercio. Se sumaban a esto cuatro grandes faroles de tres luces, un carrusel, y "un tabladillo" (plataforma de madera) para músicos.
Años después, Carlos Anwandter (1801-1889) encargó a Europa un conjunto de arces, los que fueron plantados bajo su dirección en 1882, mientras que los jardines "(…) decorados con toda la exquisitez de la época, completaban este paseo, íntegramente pavimentado en piedras lajas, protegido con blancas rejas de madera y dotado de magníficos escaños de parque [los bancos] y jarrones de corte francés" (Guarda, Historia de Valdivia, págs. 322-323).
El 13 de diciembre de 1909 un gran incendio consumió 18 manzanas de Valdivia, incluido gran parte del sector céntrico, lo que generó un importante cambio urbanístico que contempló un primer rediseño de la plaza. Las obras se llevaron a cabo en 1913 por Betti, Prado y Cía, siendo reemplazados los arces de Anwandter por los actuales tilos proveníentes de La Estancilla, obsequiados por Rodolfo Beckdorf. Mientras que el kiosko o glorieta (la popular "callampa") de estilo inglés victoriano, fue hecha por Doring (Guarda, Nueva Historia de Valdivia, pág. 587).
Habiéndose hecho el rediseño de 1997 sobre el de 1913 como base, la fisonomía de la plaza es heredera de la concebida a fines del siglo XIX, con la continuidad de ciertos elementos: pavimentación parcial combinada con jardines o áreas verdes, asientos o bancos, un lugar para músicos o eventos, y un conjunto de árboles significativos.
Juan Navarrete Espinoza juanepdlc@live.cl
Resfríos en oficinas
Durante invierno todos estamos expuestos a enfermedades respiratorias, especialmente los niños, adultos mayores y enfermos crónicos son la población con mayor riesgo de contagio. Sin embargo, también es causal de un alto porcentaje de ausencias laborales.
La transmisión del virus se produce a través de las secreciones respiratorias que son expulsadas por boca o nariz en forma de gotitas a través de la tos y el estornudo y liberados al ambiente, donde posteriormente son aspiradas por otra persona. Otra forma de transmisión es cuando las manos entran en contacto con superficies en las que se han depositado partículas virales y luego están son llevadas a la boca o los ojos. O bien, cuando consumimos algún tipo de líquido o comida que haya sido consumida por otra persona que es portadora del virus.
Es por ello que uno de los lugares de mayor transmisión del virus son las oficinas o lugares de trabajo, donde se está en más contacto entre personas. Por ello, es importante prevenir y cuidarse respecto al desarrollo de algún cuadro infeccioso de origen respiratorio, ya sea gripe, influenza u otro.
Se recomienda lavarse frecuentemente las manos con agua tibia y abundante jabón; después de usar el transporte público, manipular dinero o estar en contacto con alguien resfriado. Cada vez que estornude o tosa, cúbrase con el antebrazo para proteger al resto del contagio a través de las manos y sí se cubrió con las manos; realizar en forma inmediata el lavado de manos. Limpiar las perillas de las puertas, los computadores y otras superficies de oficina. Aunque en la mayoría de las oficinas hay personas encargadas de la limpieza, existen superficies que, por el contacto diario, requieren mayor aseo, y así ayuda a reducir la propagación de gérmenes en su lugar de trabajo.
Siguiendo estos consejos, se puede evitar contagios y problemas de salud.
Emmanuel Sánchez Académico Enfermería Unab
Inclusión laboral
Esta semana se conoció que la ley de inclusión laboral de personas con discapacidad ha sido acogida por 574 empresas, registrando más de 2.600 trabajadores en la Dirección del Trabajo. Una cifra positiva y necesaria para tomar el pulso a cómo las empresas se está haciendo cargo de este desafío, pero no nos olvidemos de que la ley es una responsabilidad multisectorial y que, para hacer una evaluación de la misma, debemos conocer el impacto que está teniendo sobre las personas con discapacidad.
Sabemos que la estimación de 26 mil nuevos cupos laborales para PeSD, sólo en el sector privado, no cuenta con la demanda suficiente de candidatos que estén preparados para asumirlos. Así, aunque veamos diariamente que se crean consultoras en inclusión, es crucial puntualizar algunos aspectos. Hoy desconocemos cómo ha variado la solicitud de credenciales RND entregadas por la Compin y que nos daría luces respecto al impacto de la ley y a la reacción concreta de esta comunidad por sumarse al mercado laboral. Asimismo, es prioritario generar programas y políticas de capacitación profesional y psicosocial, con presencia a lo largo de todo el país.
María José Escudero. Dir. Ejecutiva Fundación Ronda