En estas semanas se han multiplicado las celebraciones y saludos regionales a propósito del Día del Dirigente Social, que se conmemora cada agosto, como una forma de recordar la promulgación de la primera norma que reconoció, ordenó y promovió las organizaciones sociales. Fue la Ley de Promoción Popular (16.880) , promulgada en 1968 por el ex Presidente Eduardo Frei Montalva, con la idea de incorporar a la comunidad como actor relevante en su propio desarrollo grupal y territorial.
Desde su aparición se empezó a hablar de "sociedad civil" y se buscó la participación ciudadana en diversas áreas como la organización vecinal, la capacitación cultural, deportiva y social, fueron creados los Centros de Madres, se realizó capacitación de dirigentes populares (www.memoriachilena.cl).
La norma legalizó las organizaciones y creó canales para que ellas pudieran ayudar en tareas como aumento de infraestructura comunitaria, pavimentación de calles, renovación del alumbrado público, mejoramiento de alcantarillado, entre otras tareas, en las cuales se les consideró colaboradoras de la labor del Estado y, especialmente, de las municipalidades.
Con los años -y la historia- muchos cambios fueron introducidos en esas atribuciones, hasta llegar a la actual Ley 20.500 (que creó los Cosoc, Consejos de la Sociedad Civil) y reconoce la existencia de organizaciones territoriales (dedicadas a un sector como las juntas de vecinos) y funcionales (dedicadas a un objetivo, como las deportivas, artísticas, etc).
Actualmente en Chile existen 234 mil 502 organizaciones de la sociedad civil y Los Ríos presenta una de las concentraciones más altas de ellas, con 24.7 entidades por cada mil habitantes (Centro Pol.Púb. UC).
En ese escenario, se comprende la importancia que se otorga a los dirigentes sociales, como vínculos entre las necesidades comunitarias y los espacios donde se toman las decisiones. Por lo mismo, su rol requiere de fortalecimiento, reconocimiento y un mayor poder de negociación que haga vinculantes sus acuerdos con la autoridad, más allá de la conveniencia política o la amenaza de acciones públicas. En ese punto todavía falta camino por recorrer y estas fechas son una buena ocasión, también, de recordarlo.