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¿Y ahora cuándo jubilar?
Conocidas las medidas anunciadas por el Gobierno en torno a la reforma al sistema de pensiones, se anticipa una ardua discusión parlamentaria antes de su aprobación definitiva.
Si bien no toca el corazón del sistema ni se hace cargo de la impopularidad de las AFP, en lo grueso los anuncios parecen apuntar en la dirección correcta, toda vez que la iniciativa propuesta aumenta el aporte del empleador para las cotizaciones de los trabajadores, refuerza el pilar solidario, crea bonos especiales para la mujer y la clase media, y estimula, mediante incentivos, la permanencia de adultos mayores en el mercado laboral.
En este último punto, hay una discusión de fondo que no hemos dado como país. ¿Está preparado el mercado laboral para absorber a adultos mayores que en plena capacidad física y mental quieran seguir trabajando?
Las expectativas de vida de los chilenos han aumentado considerablemente en las últimas décadas, lo que, dicho en simple, significa que los fondos previsionales deberán prorratearse por más años.
Como en Chile, no tenemos un sistema de seguridad social, hay muchos trabajadores que, aún cumpliendo con la edad para jubilar, permanecen en el mercado laboral.
Entonces, ¿por qué el proyecto no subió derechamente la edad de jubilación?
Desde luego que hacerlo, sería impopular, pero además requiere de un mayor análisis del mercado laboral a efectos de determinar a qué tipo y calidad de empleo accederían los adultos mayores.
Postergar el retiro incrementaría las pensiones en un 8% por año, lo que ciertamente es un incentivo que podría resolver una parte del problema; la otra es ver de qué manera las empresas tomarán el desafío de mantener en sus filas, en cargos acorde a su experiencia, a quienes superen la edad de jubilación.
Catalina Maluk Abusleme Decana Economía, U. Central
Reforma Previsional
La reforma previsional anunciada por el Presidente Sebastián Piñera apunta en la dirección correcta. El fortalecimiento del pilar solidario mejora en el corto plazo las pensiones de los más vulnerable, quienes nunca cotizaron o lo hicieron por muy poco.
La propiedad y libertad de administración del 4% de cotización adicional a cargo del empleador, asegurará mejores pensiones a futuras generaciones, y mayor competencia en la administración de dicha cotización.
La liquidez sobre fondos de pensiones al retrasar pensión, será un muy buen incentivo para hacer frente el aumento de expectativas de vida.
El aporte adicional a la clase media alínea los años cotizados con beneficios en dinero. Pero también faltaron anuncios, como el aumento obligatorio de la edad de pensión de las mujeres, mayores beneficios tributarios al APV de la clase media, y nuevas modificaciones a los parámetros de edad de pensión y tasa de cotización, pensando en el largo plazo.
Eduardo Jerez Sanhueza eduardo@masprevision.cl
Obligados a cotizar
Ahora que se habla de reformar el sistema de pensiones, es bueno recordar cómo se implementó.
A un gran número de trabajadores los obligaron contra su voluntad a afiliarse al nuevo sistema, perdiendo implícitamente derechos adquiridos en el antiguo régimen previsional.
Así, todas las autoridades de la época invocaban unilateralmente las bondades del nuevo sistema. En el caso del sector privado, la campaña oficialista a incorporarse al infalible Nuevo Sistema fue apoyada con la irrestricta colaboración de los empleadores, quienes dejaban de hacer su aporte solidario a los fondos previsionales y por consiguiente les significaba un mayor lucro en sus actividades empresariales.
La defensa que algunos hacen de este sistema no es porque represente una previsión que sirva a los chilenos, sino simplemente porque es un sistema de enriquecimiento fabuloso, fácil, rápido y pareciera ser hasta la fecha que inacabable.
En relación al monto de las cotizaciones hay trabajadores que tienen 20, 30, 40 y hasta 50 años de imposiciones pero que al término de su vida laboral están obteniendo pensiones tan bajas e indignas que pasarán a ser los nuevos pobres del país.
En definitiva, la instauración de las AFP. han contribuido a un gran desequilibrio en el sentido de que el fruto de nuestro desarrollo no es equitativo ni justo, por cuanto la enorme acumulación de fondos previsionales, plata de los trabajadores, se ocupan en desarrollar empresas cuyas ganancias son infinitamente superiores a las que entregan a sus trabajadores.
Aún más, las AFP son un fracaso, no han cumplido ninguna de sus publicitadas ventajas sobre el Sistema de Reparto, solo han permitido acumular enormes cantidades de dinero y cuyas ganancias solo van en provecho de sectores empresariales, lo que parece increíble si se repara que los fondos son de los trabajadores y que, precisamente, son los únicos perjudicados por el Sistema de Capitalización.
Jacinto Tejeda Muñoz Ingeniero (e) en Adm. Pública jacinto.tejeda.m@gmail.com