La fuerza de los acuerdos
La aprobación del Presupuesto 2019 en el Congreso esta semana es el resultado del diálogo y espíritu propositivo que hoy están teniendo diversos actores. Históricamente los periodos más exitosos de Chile han sido cuando hemos sido capaces de generar grandes acuerdos donde podemos conversar y buscar los puntos de encuentro.
Estos resultados no son producto del azar, sino de la construcción colectiva entre los distintos actores del mundo político, económico y social. Esta lógica de acuerdos fue la que nos permitió reducir la pobreza medida por ingresos a casi la quinta parte desde 1990 a 2013 según los datos de la Casen.
Retomando la fórmula del éxito, el gobierno del Presidente Sebastián Piñera se ha propuesto generar 5 grandes acuerdos que nos permitan generar un consenso sobre el cual trabajar los próximos años en Infancia, Seguridad ciudadana, Salud, Paz en la Araucanía y Desarrollo Integral. Mantener este ambiente colaborativo es un gran desafío por el que día a día debemos trabajar
Juan Pablo Concha Asesor Reg. Ministerial de Hacienda
Ley Ricarte Soto
Hace unos días fue noticia el fallo de la Corte Suprema que obligó al Estado a costear el tratamiento para un paciente diagnosticado de atrofia muscular espinal (AME), cuyo valor asciende a $500 millones anuales. Los magistrados, en su argumentación, señalaron que el derecho a la vida y a la integridad física estaba por sobre los recursos en materia de salud pública.
Este polémico fallo, coincidentemente, se produce cuando estamos prontos a cumplir tres años desde la aprobación de la Ley Ricarte Soto, que busca asegurar el tratamiento para enfermedades de alto costo. Actualmente, la Ley 20.850 otorga cobertura a 18 patologías, entre las cuales no está la AME, razón por la cual la familia del menor afectado interpuso este recurso de protección que fue acogido.
Recordemos que la Ley Ricarte Soto (LRS) vino a dar solución a la problemática de los tratamientos de alto costo, generando un manto de protección a la ciudadanía en esta materia, a través de rigurosos criterios de control que definen tratamientos y medicamentos.
Entendiendo el beneficio de este paciente en particular y el derecho de sus padres de procurar su mejoría, lo cierto es que la judicialización de problemas del ámbito de la salud pone en riesgo la sostenibilidad y la equidad del sistema, considerando que el presupuesto fiscal para el financiamiento de tratamientos de alto costo alcanza sólo los $83 mil millones para 2019.
Chile no es el único país que está enfrentando este fenómeno a nivel regional. Colombia, Costa Rica, Brasil, Uruguay y Argentina se encuentran enfrentando recursos similares por fármacos de alto costo, a niveles notoriamente superiores a los nacionales. Tendencia que en Chile podría repetirse, haciendo tambalear nuestro sistema.
Sebastián Pavlovic Académico Fac. Salud, U. Central
Ley de convivencia vial
Gran controversia y confusión ha generado la puesta en marcha de ley de convivencia vial. Principalmente por la fuerte fiscalización de Carabineros a ciclistas, la que lamentablemente no ha sido adecuada pues, en vez de centrarse en los aspectos que la nueva ley dicta, se ha enfocado en elementos de la ley antigua, incluso en algunos derechamente inverosímiles, como el usar chaleco reflectante a plena luz del día. Más allá de lo preocupante que resulta que la autoridad fiscalice mal, se está poniendo el foco en los actores y comportamientos equivocados.
El espíritu de la nueva ley, una de las pocas que ha sido construida con participación de la ciudadanía, es dar a cada modo de transporte el espacio, derechos y deberes que le corresponden. Dado eso, la fiscalización debería concentrarse hacer de la calle un lugar seguro para las bicicletas y que éstas no invadan las veredas peatonales. Es importante destacar que la ley antigua nunca permitió el tránsito de bicicletas por la vereda y que la nueva ley sólo establece excepciones, una de ellas siendo "cuando las condiciones de la calzada, o las condiciones climáticas hagan peligroso continuar".
Se debe fiscalizar que ciclistas no transiten por la vereda a altas velocidades o de forma imprudente, pero no se puede exigir que bajen a la calle si esta no presenta las condiciones adecuadas.
Lo "peligroso" es subjetivo: es muy probable que un ciclista poco experimentado perciba la calle como algo muy peligroso, llegando incluso a temer por su vida. Por lo mismo, no se puede aplicar todo el rigor de la ley a los ciclistas de vereda mientras no tengamos una abundante y bien conectada red de ciclovías y ciclobandas, así como un comportamiento bien informado y respetuoso de los conductores de vehículos motorizados.
Aplicar "garrote" con demasiada fuerza terminará desincentivando el uso de la bicicleta, lo que sería una tragedia para nuestras ciudades.
Ricardo Hurtubia Investigador Centro de Desarrollo Urbano Sustentable Académico Escuela de Arquitectura UC