E n noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes para sensibilizar sobre esta enfermedad que se está convirtiendo en una auténtica epidemia, junto al aumento del sobrepeso, la obesidad y la inactividad física.
La diabetes es una patología crónica que se genera cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando la que produce el cuerpo no la puede utilizar eficazmente. Hay tres tipos principales: la Diabetes tipo 1, frecuente en niños y adolescentes; la Diabetes tipo 2, frecuente en adultos y ligada a la obesidad, sobrepeso, la falta de actividad física y mala nutrición; y la Diabetes gestacional, complicación del embarazo que afecta a 10% a nivel mundial.
Ahora, una gran proporción de los casos de diabetes son prevenibles. La obesidad y el sobrepeso son los principales factores de riesgo asociados a la diabetes tipo 2, que afecta al 90-95% de las personas con esta enfermedad.
Para las personas que ya tienen diabetes, mantener un control adecuado del nivel de glucosa en la sangre es importante para prevenir o retrasar las complicaciones crónicas, tales como ceguera, neuropatía, insuficiencia renal, insuficiencia vascular periférica -problemas en la circulación que pueden llevar a la amputación de miembros inferiores-, entre otras.
En Chile esta epidemia se ha transformado en una situación crítica de salud pública, con una prevalencia del 10% de la población; lo que se traduce en que uno de cada diez chilenos padece la enfermedad.
Cuando se tiene la patología, es relevante saber que la diabetes se puede tratar, controlar y prevenir sus complicaciones. El mayor acceso al diagnóstico, la educación sobre el control personal de la enfermedad y el tratamiento nutricional son fundamentales.
Un punto primordial es la prevención es el cuidado de la alimentación. Como consejos generales, se debe comer despacio y masticar bien los alimentos; realizar comidas principales, agregar una colación a media mañana para lograr un mejor control del nivel de glucosa y comer máximo cada cuatro horas. Sustituir los lácteos enteros y azucarados por los descremados y sin azúcar; consumir frutas con cáscara para aumentar la ingesta de fibra; y eliminar el azúcar por edulcorantes, como stevia, sucralosa o tagatosa; además beber entre 6 a 8 vasos de agua como mínimo.
Catalina Aguilar Wilhelm Docente de Nutrición y Dietética USS Valdivia