"Tengo confianza en que no vamos a tener estallidos en precios de combustibles internacionales que nos gatillen aumentos importantes"
Ministro de Hacienda Felipe Larraín — Por bajas en precios de combustible
"Hay que formar en DD.HH. a funcionarios de Carabineros …"
Directora INDH Consuelo Contreras — Tras reunión con gral. Hermes Soto
Ayer fue inaugurado el nuevo edificio del Instituto de Producción Animal, en la Facultad de Ciencias Agrarias en la Universidad Austral de Chile. Durante la ceremonia, el rector Juan Jorge Ebert destacó que esta obra es parte de un plan de inversiones que este año ha contemplado 66 millones de pesos en obras en el campus Teja.
El Hogar Belén, que atiende a niños desamparados, se encuentra pasando por una situación crítica debido a su falta de financiamiento y está en riesgo su continuidad. La Fundación que está a cargo solicitó apoyo a la comunidad para continuar trabajando con menores de edad que han perdido a sus familias o sufrieron maltrato.
El proyecto de control ciudadano "Valdivia ¿cómo vamos?" es uno de los ocho premiados a nivel nacional con el Sello Bicentenario, que otorga el gobierno a propuestas que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas, fomentar la participación y reforzar identidad. La iniciativa es llevada adelante por Agenda Local 21.
Hace pocos días fue anunciada la creación de una nueva política de desarrollo urbano, que busca lograr mayor integración social en los territorios. La iniciativa implica una modernización de la secretaría del ramo y hasta un cambio de nombre, pasando a llamarse "Ministerio de Ciudad y Vivienda", para poner énfasis en un quehacer más amplio que las soluciones habitacionales y la urbanización de los espacios, que fueron su sello desde los años sesenta.
En lo medular, se busca que en las ciudades no se segregue a los habitantes por ingresos y se termine con la costumbre de agrupar a los menos vulnerables en determinados espacios y a los más necesitados en otros alejados, a veces sin acceso a servicios básicos de transporte, áreas verdes y seguridad. También, que el crecimiento de las urbes sea planificado con criterios inclusivos, poniendo la calidad de vida en el centro de los objetivos.
La propuesta es muy interesante -y sigue en la línea de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, que incluyó un Consejo para mirar a largo plazo - pero ella también plantea un enorme desafío de cambio cultural y de trabajo con la comunidad, para pensar una nueva forma de habitar sus ciudades.
Esa nueva mirada no será tan simple de internalizar en grandes lugares como Santiago, por ejemplo. Sin embargo, y por fortuna, para Los Ríos no debiese ser tan complejo. Menos aún para Valdivia, pues la integración social urbana es una preocupación constante impulsada desde el municipio hace más de 20 años. Prueba de ello son los diferentes barrios locales, la instalación de condominios de viviendas sociales en áreas cercanas al centro, el diseño y cuidado de plazas en todos los barrios, la estructuración vial coordinada.
Por otra parte, esta zona también está familiarizada con la reflexión colectiva sobre el espacio, tarea que se ha impulsado desde Activa Valdivia y otras organizaciones, que entienden la ciudad como un territorio de responsabilidad compartida, por lo tanto generan opinión y propuestas en consecuencia.
Hay en la región un camino avanzado en esta materia y en sintonía con los cambios anunciados, que debieran verse como una muy buena oportunidad.
La humanidad se enfrenta uno de los desafíos más grandes, el Cambio Global. A diferencia de otros episodios complejos de nuestra existencia, tenemos la capacidad de revertir o mejorar esta situación.
Paradójicamente, el mismo año que comenzaría a funcionar el Ministerio de Ciencias, el que es considerado como el inicio de un apoyo irrestricto a la generación de conocimiento, el gobierno anunció para el 2019 un recorte de 4,6% en relación al 2018 para ciencia.
Quizá no debería sorprendernos. Chile es el país que menos invierte en investigación y desarrollo entre los 35 países de la OCDE (0,38% del PIB), hoy tenemos 1 científico por cada mil trabajadores, mientras que el promedio de la OCDE es de 8. Me pregunto entonces ¿Por qué la ciencia no posee importancia para invertir en ella? Una explicación es que estamos demasiado cómodos explotando (literalmente) lo que la naturaleza nos ha proveído, pero esos recursos se acaban porque no hemos sabido usarlos sustentablemente. Para resolver esto, necesitamos ciencia.
Por otro lado, las alianzas entre ciencia e industrias son muy escasas en Chile dejando el rol del financiamiento de la ciencia exclusivamente al Estado. Con mi grupo de investigación emprendimos hace 10 años un proyecto que busca entender cómo los ecosistemas naturales proveen beneficios a la industria vitivinícola chilena en la zona mediterránea de Chile. ¿Por qué? Porque es la región más degradada del país, la que aún posee la mayor biodiversidad y es donde se desarrolla la mayor actividad agrícola que a su vez depende de esa biodiversidad. Nuestra investigación, financiada por el Estado vía Conicyt y Milenio nos ha permitido mostrar que conservar los remanentes de bosque y matorral nativo permite mejorar la regulación hídrica de sus predios, que árboles nativos dentro del viñedo albergan aves que comen insectos dañinos para su cultivo y que sus trabajadores se sienten más felices inspirados por la belleza del paisaje y porque les fortalece esa identidad cultural propia de su tierra. Esto nos ha permitido desarrollar una alianza en donde la misma industria se involucra en la conservación del ecosistema.
Como científica puedo hablar de nuestro trabajo, con el que logramos conocer cómo funciona un ecosistema muy valioso para Chile. Si logramos invertir en más conocimiento, en otros diez años estaremos orgullosos del camino que comenzamos y hoy mismo, ningún otro día, es mejor para comenzar a avanzar.
Dra. Olga Barbosa P. Inst. Cs Ambientales & Educativas, ICAEV, Fac. de Cs Uach