La tragedia ecológica de 2004 generó efectos en las políticas públicas de planificación sobre la manera en la que integran los humedales? ¿Cuáles son sus efectos en términos de desaparición y degradación de los humedales urbanos?
Desde hace por lo menos 120 años que los humedales comenzaron a ser comprendidos como suelos inútiles, restringiendo la edificación en ellos y 160 desde que fueron rematados y privatizados mediante un compromiso de desecación. Ambas situaciones facilitaron la institucionalización de relleno de humedales, una de las principales causas de su desaparición y degradación hoy en día en Valdivia.
Cuando los instrumentos de planificación son diseñados bajo una lógica basada en el libre funcionamiento de los mercados, el agua y el suelo de un humedal son transformados en 'capital' e ingresan al mercado como un bien transable. Es así como, en Valdivia estructura una geografía urbana cuyos espacios naturales son constantemente degradados hasta culminar con su edificación. En este sentido, y resultado de una ontología dominante de tipo utilitarista, se fortalece la percepción de los humedales como suelos desaprovechados, y que merecen ser transformados en terrenos edificables, perpetuándose con ello prácticas socio-materiales de relleno.
Claudia Sepúlveda y colaboradores, señalan que con la fractura y apertura ontológica que la tragedia ecológica generó el año 2004 nuevos conocimientos y prácticas de relación socio-materiales con los humedales urbanos, ignorados por las ontologías dominantes, asociadas al capitalismo, comenzaron a ser reconocidas en instrumentos de planificación no vinculantes, pero no alcanzaron a materializarse en cambios normativos.
Como consecuencia, los humedales siguen degradándose y desapareciendo. Estimaciones realizadas por Romina Novoa e Ignacio Díaz Hormazábal, el límite urbano se expandió en 2.343 hectáreas, un 18% de este crecimiento ocurrió sobre zonas de riesgo por inundación, sobre parques y sobre zonas de protección de cauces y laderas de ríos, esteros, canales y quebradas. Desde 1988 a la fecha se ha perdido un 24% de bordes de ríos, esteros y quebradas, un 17% de los parques y un 3% de las zonas de riesgo de inundación. El 27% de las zonas por riesgo de inundación fueron edificadas, cuya ubicación, al sur de la ciudad, se encuentra sobre brazos de planicies inmersos en humedales.
Andrea Pino Piderit
Dir. Centro Transdisciplinario, CEAM, UACh