Correo
Mentiras y noticias falsas
Todos sabemos que el lenguaje tiene no solo la capacidad de expresar, sino también de crear realidades. Las palabras son símbolos y se puede jugar con ellas, darles múltiples significados y hacerlas más o menos intensas, positivas o negativas. Eso es lo que sucede con algunos términos como fake news y post verdad, adoptados del inglés o neologismos en español que esconden su definición real: noticias falsas y mentiras.
Su uso cotidiano, sobre todo en las redes sociales, las han ido despojando de la carga moral y ética que poseen, haciéndolas neutras, de allí a que sean permitidas y hasta legitimadas hay solo un paso…y ese paso ya se dio. Pero, no da lo mismo decir cosas ofensivas que no corresponden a la realidad contra alguien, inventar argumentos falaces y amplificarlos por medio de la tecnología, pues está demostrado que mientras la mentira es más grande, más gente la cree.
(...) Esto es todavía peor cuando no nos atrevemos a decir las cosas por su nombre, inventando excusas para tranquilizarnos, no obstante, todos sepan que es un engaño. Nos encontramos ante una pretensión ilusoria, pues por muy escondido que esté el dolor permanece, aparte de que ocultar aquello que nos daña o molesta mutila la libertad.
Quizás sería mucho mejor hacerse cargo de falsedades y mentiras con nombre y apellido, pues reconocer lo evidente es el primer indicio de que se quiere curar la enfermedad de nuestros tiempos.
Cristián Fuentes Académico Fac. Gobierno, U.Central
Adiós a la inclusión
Hace unos días, el Gobierno presentó el proyecto para perfeccionar la admisión escolar, donde una de las medidas que contempla dicha moción busca reincorporar el mérito en los procesos de selección de colegios. En tal sentido considero que la educación es un derecho que el estado debe garantizar y no un negocio que dependa del poder adquisitivo de los padres.
Durante el gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet, la derecha - que hoy gobierna el país- se negó de forma categórica a la gratuidad en la educación pública, reiterando en sus argumentos que "el enfoque se debía poner en el aula y en la calidad". Curiosamente ahora en el 2019 en su discurso, dicho sector político apelan al mérito para retroceder y permitir que los establecimientos educacionales seleccionen a sus alumnos para sus aulas.
Creo profundamente en la educación como un derecho, de tal forma que la actual propuesta planteada por el gobierno agudiza una desigualdad, disfrazada detrás de un supuesto mérito académico. Esta ley que impulsa este gobierno es un retroceso, volviendo a un modelo que segrega mediante la selección de alumnos, haciendo creer que la "Admisión Justa" finalmente se transforma en pocas palabras en un clasismo puro.
Expresar de parte de un Presidente de la República que la educación es una industria, nos permite visualizar lo que se busca con este Proyecto de Ley: poner en riesgo el principio de oportunidades y la libre elección de las familias chilenas.
Según las estadísticas, actualmente en 14 regiones del país el 60 % de los niños quedó en la primera opción de sus padres, a ello un 85 % quedó aceptado en alguna de las preferencias que señalaron los apoderados. Entonces, ¿por qué el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera quiere modificar esta ley, que cuantitativamente ha sido positiva?
Por supuesto que una ley puede ser mejorada, pero no basarse en un modelo que piensa en que la educación es un bien de consumo.
Apelar a que la calidad de la educación que recibe un estudiante que va en séptimo básico es una admisión justa, créanme que es una de las cosas más injustas que he leído y escuchado de este gobierno durante los últimos meses.
Si queremos seguir construyendo un modelo educacional inclusivo y de calidad, debemos aportar como una sociedad en donde ningún sector económico ni social se debe restar.
Patricio Rosas Diputado Los Ríos
Reinserción femenina
Un estudio sobre "Reinserción, desistimiento y reincidencia en mujeres privadas de libertad en Chile", elaborado por el Centro de Justicia y Sociedad del Instituto de Sociología de la Universidad Católica, Fundación San Carlos de Maipo y Fundación Colunga, dio a conocer una dura realidad en términos de inserción social post penitenciarias en la población femenina.
No obstante, los esfuerzos de Gendarmería, es poco lo que se ha avanzado en tener una oferta acorde a las diferentes necesidades sociales. Por grande que sean los esfuerzos en lo intra penitenciario, no da lo mismo si salir en libertad es sinónimo de abandono y falta de oportunidades. El mismo estudio evidencia que el proceso de reinserción es auto gestionado por las mujeres y dependiente de sus redes cercanas. Los esfuerzos del Estado -y que el conjunto de la sociedad debemos fortalecer- implican generar una oferta que haga sostenible los resultados positivos del paso por el sistema penitenciario. El modelo de reinserción post penitenciario actual desconoce las realidades que enfrentan las mujeres y sus hijos. Eso debe cambiar.
Marcelo Sánchez Fundación San Carlos de Maipo