Valdivia fuera de la caja
En 2010 o 2011 ningún valdiviano se hubiera imaginado que el compartir una oficina con profesionales de rubros diferentes podría ser tan beneficioso. Es así como nació Nube, fundada en 2012 como un espacio de Cowork que comenzó con el objetivo de construir y posicionar un ecosistema de Startups en el sur de Chile, por medio del desarrollo de comunidades de emprendedores y de diseminar la cultura de innovación.
Este espacio ha desarrollado su trabajo en colaboración con varias de las más importantes organizaciones de apoyo al emprendimiento en Latinoamérica como: Startup Chile, Telefónica Open Future, Socialab, Corfo, Google Developers, Unión Europea, entre otros.
Hoy Nube es la principal comunidad de emprendedores unida en un espacio físico del sur de Chile, cuenta con más de 1.300 metros cuadrados en donde trabajan más de 100 personas e impacta a más de 6.000 personas cada año por medio de las diversas actividades y servicios.
Es así como nace Valdivia Out Of The Box, un programa que invita a un inolvidable viaje al sur cargado de experiencias y conocimientos, poniendo en contacto a sus participantes con una naturaleza única en plena Selva Valdiviana, donde de la mano de un expositor de clase mundial serán parte de un programa de contenidos de última generación en materia de innovación.
Valdivia Out Of The Box surge desde la necesidad de conectar a empresas con la innovación en su estado más puro, abriendo también un puente para que los innovadores de la ciudad amplíen sus redes y generen contactos benéficos para sus propias empresas. Tal como comenzó Nube en 2012, este programa es un foco de atracción de talento, que busca captar el interés de empresas de otros puntos del país hacia la región de Los Ríos, para que puedan conocer las realidades de nuestro territorio, empaparse de la belleza del entorno, acceder a una capacitación dictada por expertos y generar redes poderosas entre participantes y los empresarios locales. Desde la comunidad Nube creemos que innovar es importante e invitamos a todos a conocer este proyecto.
Patricio Pizarro FundadorNube Cowork
Pensar, antes de regalar
El Día de la Madre, celebrado ayer, es uno de los mejores días del año para el comercio de bienes y servicios, en que las grandes tiendas y los restaurantes alcanzan grandes cifras de ventas, con su consecuente impacto en los ecosistemas. Desgraciadamente, una fiesta de consumismo ilimitado, con su consecuente consumo de muchos recursos que, de una u otra forma, afectan nuestro ya mermado mundo natural.
Por eso, para las próximas fechas invito a reflexionar y antes de comprar algo piense de dónde viene. Este artículo seguro habrá sido producido en tierras lejanas, bajo condiciones laborales cuestionables y su transporte hasta nuestro país, ha aportado su cuota de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático que nos agobia. Si va a comprar algo, que sea local, que se haya producido cerca y ojalá artesanalmente.
Oscar Mercado Director Prog. Sustentabilidad UTEM
Ley de convivencia vial
En el reportaje publicado este domingo se habla de las bondades de la "Ley de convivencia vial" y efectivamente creo en esas bondades porque pone el acento precisamente en la importancia del respeto a todos los vehículos, motorizados o de tracción humana y como ellos deben convivir cotidianamente en la vía.
Lo que si me sorprende es el acento en recalcar en como nosotros los ciclistas debemos cumplir la normativa siendo necesario, desde mi punto de vista, también mencionar en cómo los automovilistas se comportan dentro de la ciudad.
Soy ciclista y por el trayecto cotidiano a mi trabajo desde el sector Corvi hacia el Regional debo transitar por las calles Holzapfel, Mackenna, av. Francia y calle Italia y lamentablemente la convivencia vial es sumamente irrespetuosa y hasta peligrosa en horarios pick: automovilistas que no respetan la distancia de 1,5 mts., excesos de velocidades y acelerar el vehículo cuando el semáforo da verde siendo los ciclistas quienes tienen preferencia en partir. Mención aparte señalar que en Avenida Francia hay una subcomisaría, pero en todos estos años nunca he visto controles de velocidad a los automovilistas.
Igualmente creo oportuno que es bueno que los estudios no solo se concentren en el centro de la ciudad y puedan descentralizarse en la periferia.
Seguramente algún lector automovilista no le gustara mi carta y tratando de equiparar dirá lo irresponsable de los ciclistas; pero en mi caso soy respetuoso y valoro profundamente la bicicleta como medio de transporte, aún en días de lluvia, pero creo necesario hacer mención el peligro que involucra las altas velocidades en la ciudad cuando precisamente ponemos en riesgo la vida propia, la de nuestra familia o de terceros. Yo no tengo prisa en morir y espero que los automovilistas respeten mi decisión de vivir.
Jaime Gonzalo Rosales Ojeda jaimegro@gmail.com