"Quiero ser enfático en señalar que esto no es responsabilidad de los senadores; es más la materia excluida nunca fue parte del debate…"
— Jaime Quintana, pdte Senado — Por error en ley de pago a 30 días"Lo que nunca va a dejar de doler es la crítica permanente, injusta…"
— Ministra Cecilia Pérez — Sobre polémica por Cristóbal PiñeraUna "Comisión de Hombres Buenos" se reunió para ayudar al Club Deportes Valdivia a superar el problema económico que lo afecta. Ariel Ulloa, dirigente sindical; Eduardo Schild, alcalde de Valdivia; Juan Enrique Taladriz, vicepresidente del Club y José Tomás González, gerente de Corma, señalaron que mantener al Club "es viable".
Como "un discurso que no reflejó la realidad del país" calificó el senador Marco Cariola la cuenta pública entregada por el Presidente Eduardo Frei ante el Congreso Pleno este 21 de mayo. Pese a lo anterior destacó el anuncio sobre no hacer modificaciones a las bandas de precios de productos como azúcar, trigo y aceites vegetales.
Un llamado a la comunidad para que colabore con el Comedor San Antonio formuló Anabela Hernández, encargada de esa obra social que funciona cada fin de semana al alero de la Iglesia de San Francisco de Valdivia. El recinto atiende a 35 estudiantes universitarios y también a unas 80 personas indigentes que llegan a almorzar.
Valdivia es una ciudad con un rico pasado. Tres grandes vertientes los han construido: El mundo indígena, español y alemán. Ello nos ha transformado en un atractivo polo cultural, a lo que se suma la belleza de nuestro paisaje.
Pese a ello, escribo estas líneas pensando en el real sentido que le damos a nuestro patrimonio, puesto que todos los años, el último domingo de mayo, el tema Patrimonio se instala en el centro de la noticia y de la discusión, pero qué sucede los otros 364 días el año. Pienso esto mientras observo el Torreón de Los Canelos y lo mismo si estuviera frente al del Barro. Dos vestigios de lo que fue la ciudad amurallada. Dos mudos testigos de un pasado militar, reflejo de la política de la Monarquía frente a la población aborigen. Fueron el medio a través del cual la Corona intentó dominar a la población mapuche-huilliche; son parte del recuerdo de la mirada que se tuvo sobre el territorio y, por ende, el símbolo de la gloria y grandeza del Imperio, y al mismo tiempo de la derrota de quienes habitaban el territorio antes de 1552.
Por lo mismo, es preciso preguntarse: ¿Cuánto de dicha memoria es transmitida en la actualidad? A través de los años, los torreones se han convertido en una de las postales más conocidas de la ciudad de Valdivia. Descritos por científicos y viajeros, destino obligado para los turistas, utilizados como telón de fondo para ferias y recitales, y como imagen en afiches y souvenirs, pues sin lugar a dudas se han transformado en uno de los muchos bienes de consumo que ofrece la ciudad. Sin embargo, nada de ello refleja el objetivo que justificó su construcción ni la visión que, durante el Siglo XVIII, tuvo la Corona al enfrentar a sus enemigos y a la vez proteger a las parcialidades amigas con la finalidad de avanzar sobre el territorio, y que determinó que se emplearan elementos propios de la arquitectura militar medieval, "solución usada con éxito contra moros" (Guarda, 2001. p. 300), en la América Colonial.
En los tiempos líquidos, tan bien descritos por Bauman, en el mundo globalizado quizás cobra mayor relevancia la necesidad de identificar en forma clara los valores que contienen los bienes patrimoniales. El signo no debe separarse de su referente y el significante debe explicar el significado, razón por la que los torreones de Valdivia son garantes de la memoria de la ciudad amurallada, los soportes de la identidad de quienes han habitado y habitan la vieja ciudad colonial.
Lorena Liewald Dessy
Directora Pedagogía, Universidad San Sebastián sede Valdivia
Hasta marzo de este año el promedio nacional de inversión de los gobiernos regionales era de 18% del presupuesto asignado. Sin embargo Los Ríos presentaba un 15% con poco más de 7 mil millones gastados ($7.101.478), de un total de 47.250.532 asignados para 2019.
Esa información es la más reciente entregada por la Subdere (Subsecretaría de Desarrollo Regional) y además tiene otro componente que preocupa: es el resultado más bajo de los últimos años en igual fecha. Entre 2010 y 2019 el gasto promedio a marzo de Los Ríos fue del 20 % del presupuesto.
En comparación a las regiones cercanas, la nuestra solamente supera a La Araucanía (12% de ejecución), pero es inferior a Bío Bío (27%), a Los Lagos (18%), Aysén (27,6%) y Magallanes (43,3%).
Los datos denotan lentitud en la ejecución y ello podría estar vinculado a las demoras típicas de los meses de verano (de hecho a febrero de 2019 solamente se había ejecutado el 2,9%); pero de todas maneras no es algo positivo, pues el sistema público es eficiente cuando gasta sus fondos y no cuando los retiene, al revés de lo que sucede en el área privada, que busca reducir costos.
Ante un escenario así descrito, lo que se espera es que todos los actores vinculados a este tema trabajen de manera coordinada para avanzar y utilizar los recursos disponibles para obras que mejoren la calidad de vida de la comunidad.
Sin duda esa es la voluntad transversal y es probable que se marche con más rapidez en los próximos meses. Pero hay algunos ruidos que pueden entorpecer esa labor y sobre los cuales es preciso alertar. Las polémicas políticas que existen al interior del Consejo Regional, Core, se han hecho públicas y, lamentablemente, desvirtúan la imagen que el cuerpo colegiado debe proyectar hacia la comunidad.
Hasta ahora esos problemas no han afectado la aprobación o estudio de proyectos; pero podrían hacerlo, si se permite que escalen.
Es necesario, entonces, un cambio de actitud, que permita reforzar la confianza que la ciudadanía tiene en la seriedad del trabajo que realizan las autoridades elegidas para esta función de velar por la correcta utilización de los fondos regionales.