Fue triste saber que el Deportivo Valdivia debió trasladar su partido frente a Castro el sábado recién pasado porque el Coliseo Municipal no estaba en condiciones de recibir un partido de básquetbol. ¿La razón? La caída de agua a través de las numerosas goteras del techo ponían en peligro la integridad de los jugadores. Los aficionados saben que con frecuencia el piso debe ser secado porque el mismo sudor de los jugadores caídos por circunstancias del juego dejan resbaladiza la cancha.

El cotejo debió jugarse en el gimnasio del Club de Deportes Las Ánimas, pequeño pero moderno y carente de los problemas que aquejan a la llamada Catedral de Básquetbol chileno.

El Coliseo ha sido, desde su inauguración, en 1965, motivo de orgullo para los valdivianos y razones no faltan. En su época fue un recinto modelo, muy superior a todo lo que se conocía en el país y, con los años, llegaron grandes éxitos deportivos y también fue sede de los mayores espectáculos creados en la zona o llegados desde otras partes, además de escenario propicio para reuniones de otro carácter, incluyendo actividades políticas o religiosas.

Sin embargo, el tiempo se ha hecho sentir en el simbólico recinto que lleva el nombre de Antonio Azurmendy Riveros, ex alcalde y paladín del baloncesto nacional. No se puede negar que necesita una puesta al día, pero es difícil establecer en qué pueden consistir esos trabajos, más allá de la impostergable reparación del techo.

Se señala que sería bueno cambiar las butacas por las plásticas que se usan en los estadios de fútbol, pero aquello implicaría una notoria disminución de capacidad. También se ha sugerido una ampliación, obra que demandaría una enorme inversión, en los momentos que se prioriza la construcción de un reducto moderno para el fútbol.

En cualquiera de los casos, que Valdivia siga contando con un recinto deportivo bajo techo en óptimas condiciones es un tema que se hará impostergable dentro de poco. Mientras tanto, hay que cuidar lo que se tiene.

30 años | 22 de julio de 1989

Inventaron secuestro para ocultar un robo de joyas

Un gran engaño resultó ser la historia contada por dos valdivianas, según el cual una de ellas había sufrido un secuestro. Eran una patrona y su empleada, quien junto al conviviente de esta última, intentaron engañar a la policía buscando una distracción para ocultar un robo de joyas que el trío había perpetrado.

20 años | 22 de julio de 1999

Municipalidad anuncia creación de 600 empleos

El Ministerio de Hacienda y la Subsecretaría de Desarrollo Regional se encargarán del financiamiento de seis programas de absorción de mano de obra patrocinados por la Municipalidad de Valdivia, informó el alcalde, Jorge Sabat, quien agregó que las iniciativas permitirán dar empleo a más de 600 personas.

10 años | 22 de julio de 2009

Avión de ministro Pérez reabrió pista de Pichoy

Un avión Learjet de la Fuerza Aérea de Chile, que trasladó hasta Valdivia al ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, se encargó de reabrir al uso público la pista del aeródromo de Pichoy, que permaneció cerrada durante seis meses para ser sometida a diversos trabajos de mantención y reparación.

Los graffitis murales son una de las expresiones de arte urbano más populares en la actualidad. Por ejemplo, Bansky es un genial representante de este arte mundial y su trabajo plasma temáticas de política, moralidad y etnias, llevando siempre profundos mensajes.

Valdivia y nuestro país no tienen que envidiar, ya que también existen muralistas y grafiteros que nos entregan la misma calidad de mensajes y arte, tales como Leonel Torres, Pablo Manquilef, Felipe Escobar, José Cañete e Inti Castro.

Hoy, es tristemente común ver en muchos frontis una cantidad de rayados y garabatos que deterioran los espacios públicos, monumentos y la propiedad privada. Es muy penoso saber de aquellas familias que han hecho un gran esfuerzo económico por pintar su casa o comercio, y que en minutos son rayados por un grupo de desadaptados que sólo buscan hacer daño con rayas y mensajes ininteligibles.

Por esta razón, hace un tiempo aprobamos en primer trámite, un proyecto que busca estimular el buen "arte callejero" y desincentivar los rayados y mamarrachos que ensucian nuestras ciudades, deterioran el paisaje urbano y dañan la propiedad, precarizando la calidad de vida de sus habitantes. Las penalizaciones a estos actos, están siendo definidas en otros Proyectos de Ley, que pretenden controlar y castigar las incivilidades.

Como he dicho, los verdaderos grafitis son una expresión de arte en diferentes formas y los proyectos que el parlamento está impulsando, buscan organizarlo y estimularlo, y por otra parte, castigar a quienes rayan, dañando edificaciones. Entendamos que son dos cosas completamente distintas.

Respecto a los rayados, lo que ha ocurrido en nuestra ciudad y en el país, es una impunidad absoluta. Por ejemplo, siendo concejal a principios de los 2000, aprobamos una ordenanza que hoy es letra muerta respecto a estos rayados. Ha habido incapacidad de actuar en consecuencia e impedir que este daño al patrimonio urbano siga proliferando.

Cuando se visitan ciudades turísticas en otros países, se ven limpias, atractivas y llenas de actividades; pero cuando se recorren las ciudades chilenas, se ven dañadas y sucias, con letras y rayas ininteligibles, y ello es anti turismo.

Tengo la esperanza, de que ambos proyectos; el que estimula el arte y el que penaliza los rayados, sigan avanzado a paso firme en el parlamento por el bien de nuestras ciudades.

Iván Flores García Presidente de la Cámara de Diputados