Autoridades locales, representantes de organismos técnicos y vecinos de comunas con riberas en el mar, especialmente de la provincia del Ranco, pero también de Corral, ha reiterado su preocupación por los que califican de falta de interés de los centros de decisión hacia los sectores que, a pesar de su extraordinaria belleza natural y su enorme potencial turístico, permanecen casi en el olvido incluso para comunidades cercanas por la carencia de caminos razonablemente aptos para garantizar el desarrollo de la zona.
Desde La Unión y Corral surgen planteamientos muy bien fundamentados e ilustrados con referencia a la poca inversión en rutas que permitirían un acceso adecuado hacia playas que permanecen intactas, pero no porque exista alguna preocupación por mantenerlas alejadas de los riesgos que implica la llegada masiva de visitantes, sino por razones diametralmente opuestas. No ha habido ni aparecen en carpeta proyectos de mejoramiento de las vías, que en la mayoría de los casos permanecen en condición de rutas de penetración, donde solo se puede circular en escasos momentos del año, porque las lluvias de invierno las convierten en lodazales intransitables incluso para los vehículos dotados de la mejor implementación.
El litoral sur de la región de Los Ríos tiene, efectivamente, mucho que ofrecer en diversos aspectos, pero sobre todo tiene mucho que exigir, ya que en la zona hay personas que tienen todas las necesidades de cualquier ciudadano y que deben salir adelante sin contar con algo tan esencial en la vida moderna como un buen transporte.
Con respecto a los encantos naturales del área hay poco que agregar, porque las playas y los bosques, a manera de ejemplo, combinan los elementos justos para el desarrollo turístico.
Además, hay otro aspecto que atender en medio de los planteamientos de autoridades y representantes de la zona. Plantean que la región, que pretende ser modelo, no escapa al desequilibrio centralista que tanto se repite a lo largo del país.