Para un gran cambio cultural
El líder es aquel que "ve en las personas posibilidades que ellos mismos no ven", dijo Francisca Maira, coach ontológico, colaboradora de la UST en el marco del proyecto Eduprende. En ese sentido, quisiera referirme a los docentes en su rol de liderazgo y, en particular, aludir a los que están en contacto con adolescentes. Ellos tienen la oportunidad de guiar a sus estudiantes para que descubran sus valores y saquen de sí mismos lo mejor. Cuando los animan a soñar, mirar al futuro, pensar creativamente, trazarse metas y planificarse para conseguirlas, mostrando confianza en sus capacidades, están contribuyendo a la importante labor de sentar las bases de una cultura pro-emprendimiento. Esta cultura es transversal y debe fomentarse desde la educación formal primaria y secundaria. De esta forma, jóvenes de cualquier orientación profesional llevarán dentro de sí mismos habilidades para emprender, cualquiera sea su campo de acción. Una vez que se emprende mediante la constitución de un nuevo negocio, entra en juego la necesidad de manejar habilidades gerenciales. Así lo puntualiza Ana Isabel Rodríguez, doctora en Ciencias Económicas que nos asesora en el desarrollo del proyecto Eduprende. Estas habilidades son técnicas imprescindibles para implementar con éxito un emprendimiento económico. Por eso, es clave que los emprendedores adquieran estas aptitudes y en esto contribuyen, especialmente, las escuelas de administración e instituciones de apoyo al emprendimiento. Así, la propuesta para generar una cultura pro-emprendimiento sería: sentar las bases del emprendimiento de forma transversal, a partir de la educación formal primaria y secundaria; y contar con apoyo de las escuelas de administración y de las instituciones públicas para dotar a todos los emprendedores de las habilidades gerenciales que les ayudarán a consolidarse.