Una homilía con un abierto llamado a que "en Chile la reconciliación no sea sólo una quimera" y, también, "a terminar con una desigualdad que es un escándalo para el cielo", hizo ayer el obispo de la diócesis de Valdivia, monseñor Ignacio Ducasse, en el marco del Tedeum Ecuménico de Fiestas Patrias, desarrollado en el templo catedral de la capital regional.
En la ocasión, el intendente Henry Azurmendi y el general Mario Puig, comandante de la Tercera División de Montaña, encabezaron el grupo de las autoridades civiles y militares presentes.
PAZ DEFINITIVA
En dicho marco, la autoridad eclesiástica pidió en la acción de gracias por la patria y "por una paz definitiva, sobre justicia, arrepentimiento y perdón, estrechándonos las manos, más allá del color político".
Ducasse recordó aquella frase del Papa Juan Pablo Segundo de "El amor es más fuerte", en referencia a la conmemoración de los 40 años del 11 de septiembre de 1973, señalando que "se trata de una fecha traumática que no nos puede seguir dividiendo".
PARADOJA
Sobre la situación actual del país, el obispo valdiviano calificó como al desarrollo como "una paradoja que no beneficia a una mayoría con una educación de calidad, Tampoco con la salud y con bajos salarios, que no permiten a muchos tener el pan de cada día".
También monseñor Ignacio Ducasse, durante el oficio religioso, pidió a los presentes, tanto civiles como militares, "no tener más odio y tener más soberbia e intolerancia, diciendo no a la venganza, pues ella sólo justifica la violencia y no es eso lo que queremos".
"Necesitamos respetar al que piensa diferente", insistió el obispo, reiterando la necesidad de contar con "una patria de convivencia y no de enfrentamiento", para lo cual pidió además al mundo politico "encauzar los próximos procesos electorales en el país con madurez ciudadana".
CEREMON IA
CEREMON IA
La catedral se repletó ayer para escuchar la homilía que fue acompañada por el coro de la Escuela Santa Marta y por la Orquesta del Centro Integral Familia Niño, Cifan.
FAMILIA
Por último, monseñor Ducasse se refirió al "tejido social" y en ese contexto, llamó a los presentes a "cuidar a la familia, al matrimonio entre un hombre y una mujer como algo indisoluble que se debe conservar", llamando igualmente a "crecer en sobriedad y renunciar a un materialismo que sólo entiende que la felicidad es tener más confort".
El Tedeum finalizó con la entonación del himno nacional coreado por todos los que asistieron, quienes escucharon y siguieron con atención la homilía del obispo de la diócesis que, además, llamó a los fieles a tener siempre presente la oración del Padre Nuestro y "cultivar y revitalizar el perdón".
A la salida de la catedral, muchos destacaron las palabras del obispo y calificaron su mensaje como "sabio".