Proyecto de carrera docente
...la noticia tiene una connotación y atención social mayores, que se traducen en que la opinión pública será muy crítica frente a las decisiones que se tomen en el caso...La iniciativa resulta interesante; pero parece insuficiente para un problema plenamente vigente...
La comisión de Educación de la Cámara de Diputados aprobó de manera unánime el proyecto de ley sobre carrera docente.
Un primer aspecto destacable plantea algunas condiciones para el ingreso a las carreras universitarias de pedagogía. El propósito es que los alumnos de mejor rendimiento postulen a estas carreras, se elevan los requisitos académicos de ingreso como mejores puntajes en la PSU y de egreso, estableciendo la obligatoriedad de rendir la Prueba Inicia para quienes pretendan hacer clases en el sistema municipalizado y subvencionado. Además, se crea la Asignación de excelencia pedagógica inicial (Aep), que pretende aumentar las remuneraciones de los egresados destacados que desarrollen funciones docente en colegios vulnerables. La iniciativa debe valorarse, dándole preferencia a aspectos económicos.
Sin embargo, la información disponible muestra aspectos preocupantemente negativos. Las iniciativas elaboradas por los diputados son parciales, aluden a algunos aspectos importantes, pero insuficientes y sesgados. Resolver problemas educacionales obliga a entregar visiones de conjunto, integradas. Se olvida que las carreras de Pedagogía, a diferencia de otras, carecen de un reconocimiento social, hecho que se arrastra durante décadas, y que dificulta que alumnos destacados postulen a ellas.
Además, es reconocido que los profesionales de la educación perciben remuneraciones escasamente competitivas, comparadas con otras profesiones universitarias. No existe una verdadera carrera docente, que permita evaluar, de verdad, el desempeño pedagógico de los profesores.
Como prácticamente no existe investigación educacional no es posible evaluar la formación, el perfeccionamiento de los docentes, ni la vigencia de las mallas curriculares. Tampoco puede evaluarse la calidad, la pertinencia de los estudios de postítulo y posgrado. Diversas experiencias muestran un perfeccionamiento dispar, sin objetivos definidos y alejados de los requerimientos de la educación chilena. Tampoco s dispone de antecedentes de la formación de los alumnos.
La iniciativa parlamentaria resulta interesante; pero parece insuficiente para resolver un problema plenamente vigente: atraer a las carreras de pedagogía al mejor capital humano entre los egresados de educación media y disponer de los mejores docentes, estableciendo las bases de una verdadera carrera docente.