Triste pérdida para la comunidad local
El deceso de Patricia Anwandter enluta a instituciones y familias destacadas de Valdivia y la región de Los Ríos.
Una triste noticia remeció ayer al medio artístico cultural de la región, con el fallecimiento de la desatacada decoradora valdiviana Patricia Anwandter, miembro del directorio del Centro Cultural El Austral desde la fundación de la entidad, hace 23 años.
Su deceso se produjo en su casa, junto a su familia, luego de enfrentar valientemente un largo tratamiento por cáncer, enfermedad contra la cual luchó con optimismo y esperanza, dando una lección de amor y fortaleza a todos quienes la conocían. Así ha sido resaltado por las numerosas personas que han entregado condolencias y opiniones sobre ella, a través de distintos medios y redes sociales.
Casada con el ex cónsul de España Marcelo Izquierdo y madre de tres hijos, deja el recuerdo de una dama sencilla, pero muy distinguida, a quien cupo un importante papel con motivo de la visita de los Reyes de España a la zona, además de su sabia intervención en eventos y actividades protocolares.
Destacó también como una profesional dedicada y por ser una persona siempre dispuesta a ayudar en las causas por el desarrollo de Valdivia y Los Ríos, tanto desde el ámbito artístico, como desde la educación y la beneficencia.
Numerosas instituciones religiosas, solidarias y también de voluntariado como Bomberos, pueden dar fe de su generosidad y del trabajo anónimo y silencioso que efectuó desde muy joven en pro del bien público, como consta en relatos relacionados, por ejemplo, con su aporte voluntario a los damnificados del terremoto de 1960.
Mención aparte merece su gestión cultural y de apoyo a los artistas emergentes, a la música y a los nuevos lenguajes plásticos, al diseño y la creación artesanal; también a la conservación patrimonio, desarrollada especialmente con su preocupación por la refacción y mantención de la casa Martens-Hoffmann.
En todos los espacios sociales donde se desempeñó, existe la coincidencia en decir que Patricia Anwandter pasó haciendo el bien. Y en esa frase se encierra también otra verdad: todos los seres humanos mueren; la diferencia está en la ruta que eligen para desarrollar sus vidas. Y ella, escogió la de la luz.