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La nueva era en la educación

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El modelo educacional de la era industrial, como plantea Tofler, ha venido enseñando fundamentos de la lectura, la escritura y la aritmética, un poco de historia y más, pero de manera encubierta se compone de programas que incluyen la obediencia, la puntualidad y el trabajo mecánico y repetitivo.

Esto está basado en principios que están presentes en las organizaciones sociales y económicas, en el trabajo, los recursos energéticos, el territorio, la población, en toda la civilización y por supuesto en nuestras aulas: la uniformización, especialización, sincronización, concentración, maximización y la centralización.

Con el objeto de preparar a nuestros estudiantes para hacer frente a la nueva era, Santo Tomás Valdivia, implementó una escuela de jóvenes líderes sociales y emprendedores que considera dos etapas.

La primera hace énfasis en potenciar las habilidades personales y sociales de los alumnos y la segunda, en ejecución, tiene como objetivo que los estudiantes adquieran competencias técnicas con las cuales elaboren y expongan un pre proyecto de emprendimiento.

En los grupos multidisciplinarios que se han formado en esta etapa de la escuela, con la participación de diferentes carreras, se aprecia un ambiente de confianza y colaboración entre todos los estudiantes.

De los emprendimientos surgidos, se percibe una preocupación por la educación, los adultos mayores, la familia, los discapacitados, la literatura y la alimentación saludable, etc.

De esta forma, sembrando la cultura emprendedora desde lo local, propendemos hacia una educación global para la transformación personal y social, para que nuestros jóvenes sean capaces de desenvolverse en una era en que se comienza a valorar la diversidad, la generalidad, la alternancia, la desconcentración, los matices y la descentralización.

Tejedoras del alerce mantienen viva tradición mapuche en la unión

trabajadoras. Grupo de 11 emprendedoras de la comunidad Nehuentue trabaja en el sector rural de Curaco, en la capital de la provincia del Ranco.
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Hasta agosto del año pasado, cinco mujeres de la comunidad mapuche de Nehuentue, del sector de Curaco en la comuna de La Unión, bautizadas como "Las Arañitas" desarrollaban un incipiente emprendimiento de tejido a telar.

Inicialmente, la idea fue dejar de lado la rutina de dueñas de casa y generar un espacio en el cual pudieran desarrollar sus habilidades, mantener y fomentar -a través de una actividad tan tradicional como el tejido en lana- el legado cultural de sus antepasados.

Fue entonces que lograron apoyo y capacitación a través de la municipalidad de La Unión y nació la Agrupación de Artesanas Mapuches Kalfü Rayen, quienes en base a esfuerzo personal, organización grupal y visión emprendedora, desarrollaron una marca que hoy comienza a ser reconocida en el mercado: Pu düwen kafe ka lawal o "Tejedoras del alerce".

El grupo lo integran actualmente Selmira Durán Naipayán, Selmira Milanca Durán, Patricia Vargas Soto, Mónica Alarcón Vergara, Alicia Milanca Soto, Gumercinda Milanca, Ana María Norambuena, Eliana Maitri Guenuán, María Maitri, Ana Figueroa e Izolda Pichicona Ligai.

Ellas desarrollan todo el trabajo de tejer e hilar, luego el proceso de lavar, escarmenar, ovillar, hilar y teñir la lana con productos naturales como el maqui, la barba del manzano o el boldo.

SU HISTORIA

SU HISTORIA

¿Cómo empezó este emprendimiento?

-Primero fueron "Las Arañitas", hasta que en agosto del año pasado la municipalidad de La Unión entregó un beneficio a las cinco socias que estaban tejiendo. Luego, la presidenta Selmira Durán conversó con gente de la municipalidad y nos mandaron una monitora. De ahí se formó el grupo más grande, que es el actual y que integramos once personas.

¿Cómo está estructurada su organización?

-Tenemos una directiva con personalidad jurídica, en la cual la presidenta es Selmira Durán, la secretaria Selmira Milanca y la tesorera Patricia Vargas.

¿Cuáles son los productos que ofrecen?

-Tejidos en telar mapuche, a palillo y crochet, consistentes en chombas, mantas, medias, gorros con y sin diseño, mitones, mantas, cojines, morrales, bufandas, echarpes, trarihues, faldas de lana y lana teñida de manera natural o mezclada.

¿Dónde son ubicables?

-Nuestra sede está en Curaco San Miguel, en La Unión, a 24 kilómetros hacia el Alerce Costero, camino a Hueicolla. Atendemos los miércoles, de 9.30 a 16 horas. También somos ubicables a través de la página web, por teléfono o correo electrónico.

¿Actualmente cuentan con apoyo de algún proyecto?

-Sí. De Conaf. Nos permite tener máquinas, ruecas y lana.

¿Cuáles son las proyecciones del negocio?

-Lo primero es seguir, ya que nos "aperamos" de todas las cosas que nos faltaban. Queremos seguir trabajando y negociando para progresar.

Algunos de los precios que maneja el grupo de emprendedoras son los de mitones (guantes) a $ 5 mil; mantas (niños y adultos) a $ 25 mil y $ 30 mil; morrales y cojines a $ 15 mil; calcetas para niños y adultos a $ 3 mil y $ 5 mil; bufandas a $ 7 mil; chalecos para hombres y mujeres a $ 30 mil y $ 15 mil; gorros a $ 4 mil y $ 5 mil; echarpes a $ 30 mil; trarihues a $ 8 mil. Depositarias de tradiciones y más de algún "secreto" de trabajo, las "Tejedoras del alerce" garantizan que tanto en el origen como en la fabricación de sus productos, el concepto es 100% artesanal.