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Adriana Rosa olivo: matrona del antiguo hospital john Kennedy

vocación. Comenzó a trabajar en 1971 en el hospital y en 1973 empezó a impartir clases de enseñanza clínica en la Universidad Austral de Chile.
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Adriana Rosa Olivo Mardones nació el 24 de junio de 1936, en Santiago, y hace 43 años se trasladó a Valdivia para trabajar como matrona en el antiguo Hospital John Kennedy, el cual estuvo ubicado hasta 1995 en calle Bueras, donde hoy se emplaza un supermercado.

Recuerda que desde niña su madre, Adriana Mardones, le enseñó el cuidado por los demás y que una dura prueba para ella fue no haber conocido a su padre, hecho que la impulsó a estudiar una carrera de cuidado social, como obstetricia, en la Universidad de Chile.

Se declara "matrona, asistente social y profesora", Viajó en 1970 a Valdivia con el objetivo de acompañar a su esposo, Leopoldo Morandé, quien se trasladó para trabajar como profesor de estadísticas en la Universidad Técnica del Estado, y con quien tuvo cuatro hijos: Marcela, Ximena, Leopoldo y Patricio.

Desde 1971 se desempeñó como matrona en el Hospital de Emergencia. Dos años más tarde estuvo a cargo de un box de atención médica en el sector de Las Animas, lugar en el que prestó sus servicios durante dos años y donde comprendió lo difícil que era criar y trabajar.

Por ese motivo, en 1973 decidió cambiar su rutina de vida y comenzr a impartir clases de enseñanza clínica a los alumnos de la carrera de obstetricia de la Universidad Austral de Chile, labor que desarrolló por 21 años.

La matrona

¿Que recuerda del hospital John Kennedy?

- Cuando yo llegué, el hospital había sido construido hacía siete años. Los colegas normalmente decían que se edificó en 1963 como una medida de contigencia, ya que el antiguo hospital base de Valdivia, que data de fines de 1939 quedó totalmente resquebrajado después del terremoto, al punto de que casi se partió en dos, lo que provocó que el jefe de plaza, general Alfonso Cañas, hiciera que los funcionarios se trasladaran al recinto de la Escuela Normal y que trabajaran ahí durante dos años.

Sin embargo, el personal logró sobreponerse a los primeros días de confusión y con el tiempo se ordenó y capacitó a los nuevos elementos. La ayuda que prestaron los Estados Unidos de América, con la donación de un hospital de campaña fue muy importante para los momentos difíciles por los que atravesaba la región. Los médicos habilitaron el hospital con carpas muy cerca del deteriorado Hospital Regional. Estas carpas provisorias se transformaron el 19 de agosto de 1963 en el Hospital de Emergencia John Kennedy, fecha en que fue inaugurado.

¿Cómo era la atención médica de ese entonces en comparación a la de ahora?

-Existen muchas diferencias. Creo que la atención de hoy se ha deshumanizado. Antes la persona hacía el diagnóstico a mano, y existía comprensión ya que se conversaba con el paciente. Ahora es todo computarizado.

La medicina se ha vuelto impersonal. El uso exagerado de las tecnologías y la comercialización del área de salud ha contribuido a un uso inadecuado de la forma de ejecutar los tratamientos contemporáneos y a una falta de fe hacía la medicina alópata, que sin duda es la que va a generar un rotundo cambio a nivel mental y físico en las personas.

¿Por qué finalmente decide dedicarse a la docencia?

- Fue principalmente por el factor tiempo. Cuando me desempeñaba como matrona no podía compartir con mis hijos ni tampoco podía inculcarle mis conocimientos a más personas. Es por eso que decidí dedicarme a la docencia, la cual me ha permitido viajar a lugares como México, Brasil, Colombia y EE.UU. para analizar la atención primaria.

Sistema inmune

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La edad biológica de un individuo no siempre se corresponde con su edad cronológica. Así, a medida que alcanzamos una mayor edad y cuando el cuerpo se expone a bacterias u otros microorganismos (tanto por un proceso infeccioso o inmunización), nuestro organismo comienza paulatinamente a crear menos cantidad de anticuerpos protectores o con una velocidad más lenta o ambas a la vez.

El sistema inmune se hace menos capaz de detectar células malignas y partículas extrañas, aumentando el riesgo de cáncer, infección e intoxicación. En tanto, los cambios asociados al envejecimiento, como capacidad para movilizarse, sensibilidad, estructura de la piel y otros incrementan la posibilidad de lesión, con lo cual las bacterias tienen más probabilidad de ingresar en el organismo a través de la piel afectada.

Otros factores externos, como estrés emocional o ansiedad, provocados, por ejemplo, por la pérdida de un ser querido, se acompañan de una mayor propensión a padecer procesos infecciosos incluso hasta neoplasias o enfermedades autoinmunes. Por el contrario, situaciones agradables o una "visión optimista" de la vida nos ayudan a superar enfermedades que tienen una base inmunitaria y a tener mejor salud. Se ha demostrado con investigaciones en neurobiologia (Instituto Científico Weizmann Rehovot, Israel), la presencia de linfocitos T en el sistema nervioso central, cuya misión hasta ahora se desconocía, y parece estar relacionada con la formación constante de nuevas neuronas lo que supondría un mantenimiento e incluso una potenciación de la capacidad mental y de memoria.

Esto ha dado un nuevo significado al proverbio "mente sana en cuerpo sano", demostrando que mensajes que determinan la memoria y las capacidades de aprendizaje del cerebro vienen del sistema inmunológico y presentan nuevas perspectivas en el tratamiento.