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Emprender como actitud personal

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Con el propósito de exponer los resultados del proyecto "Educación para el Emprendimiento en la Región de los Ríos", que ejecutó nuestra universidad dentro del Programa Apoyo al Entorno de Innova -iniciativa que benefició a más de 600 estudiantes el 2012- fuimos invitamos a participar en el Encuentro Educación para el Emprendimiento y la Innovación organizado por Innova Corfo y el Ministerio de Educación que se realizó en Santiago.

A esta reunión asistimos con un stand 19 organizaciones del país que nos dedicamos, con iniciativas concretas y transferibles, a fomentar el espíritu emprendedor desde la educación formal.

En las diversas salas y auditorios del centro cultural, se presentaron ponencias, cursos-taller, y conciertos para animar a la amplia convocatoria. Fue muy grato comprobar cómo el discurso sobre el emprendimiento a nivel país se va consolidando en una dirección: el emprendimiento como actitud personal, que permite cambiar la forma en que pensamos sobre nuestra capacidad para influir en nuestra vida y lograr la diferencia en nuestro entorno.

El emprendimiento se observa como una forma de empoderamiento, que permite a las personas protagonizarse y formar parte de las soluciones que ansían.

Fue un encuentro poblado de optimismo. Estamos en un momento en que la sociedad busca nuevas respuestas y nuevos paradigmas, porque los modelos de desarrollo vigentes no nos satisfacen: están obsoletos, generan desigualdades, despersonalizan.

Uno de los principales expositores, Gary Schoeniger, de la Fundación Kauffman, expuso que la etapa fundamental para el emprendedor es identificar sus talentos únicos, que le permiten comprometerse con la realidad más inmediata, y que además son valorados y demandados por otras personas.

Asimismo, enfatizó sobre la importancia de la motivación, las experiencias previas, el tesón, la perspicacia, la habilidad para cambiar y las redes personales al momento de emprender.

CiclÉ busca ser el punto de encuentro de los ciclistas junto a un buen momento

innovación. Café taller recibe de preferencia a los amantes del ciclismo, en un local abierto a todo público y con estacionamiento donde dejar la bicicleta muy cerca de su dueño.
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El lugar ideal para que los amantes de la bicicleta, sus amigos y público en general tengan un lugar de encuentro y buena conversación, junto a un café. Además, un taller y venta de bicicletas. Es lo que encierra el Café Taller Ciclé en Picarte 1085, en el mismo lugar donde funcionó el histórico Restaurante Selecta.

La idea de su implementación pertenece a Eduardo Asenjo Matus (23 años), un ex estudiante de Arquitectura y Diseño Gráfico, pintor y senderista en el ciclismo.

Hoy, a cargo del café está una sociedad que integran Eduardo junto a su padre (del mismo nombre), Carlos Castro y Gerardo Santana, que es un mecánico especializado en bicicletas.

El local está abierto desde el 20 de octubre y para su decoración, todos los muebles fueron hechos de pallet reciclados. "Hicimos los asientos, sillas, mesas, la iluminación con teteras de vidrio, las mesas con puertas, etc.", señalan Eduardo padre e hijo.

Los horarios de atención son de 10.30 a 21.30 horas, de lunes a sábado.

SU HISTORIA

¿Cómo surgió la idea?

-Cuando empecé a salir en bicicleta con un amigo, Rodrigo Navarro. Al regreso, no había dónde comer, servirse algo o dónde dejar la bici. Así es como en el local tenemos un espacio para estacionamiento, además de taller de reparaciones, venta de bicicletas nuevas y accesorios para ciclistas.

En el local se puede servir un Marley Coffee, que es un producto orgánico cosechado en Jamaica y uno de los últimos cafés que llegó al mercado chileno; puedes tomarte un chocolate, un jugo con algo dulce y estacionas la bicicleta al lado.

¿De qué manera distribuyen el trabajo?

-Mi padre es el hombre de las cuentas, yo estoy encargado de la cafetería, Gerardo es el mecánico y Carlos atiende público, pero en general todos hacemos lo que sea necesario.

¿Cómo la sido la captación de público?

-Muchos a través de Facebook, ciclistas en general y siempre está llegando gente nueva, que no conoce el lugar y que le gusta esta propuesta diferente. También tenemos Internet para nuestros clientes.

¿Qué encuentran los ciclistas en el local?

-Bicicletas marca Kona, nuevas o armadas a pedido; bicis comunes y corrientes, personalizadas, de montaña, de ruta, BMX. También asesoramos dónde comprar los productos que no tenemos y que el cliente necesita, porque queremos que Valdivia crezca como ciudad de ciclistas. Queremos ser un punto de encuentro, de salida, donde se hagan reuniones, el lugar de encuentro de los amantes de la bicicleta. Esta es una ciudad ideal para el ciclista, porque se puede ir a cualquier lado en bicicleta. Ya estamos colapsados con tantos automóviles.

¿Cuáles son las proyecciones del negocio?

-Nos gustaría ampliarnos, si es que nos va bien. Pero, mientras tanto, estamos bien.

¿Qué mensaje o llamado pueden entregar a los pedaleros valdivianos?

-Que vengan con sus bicis. Los esperamos con el todo el ánimo después de su paseo. Les ofrecemos un ambiente grato y acogedor, que es lo que buscamos ofrecer para el confort de nuestros clientes. Este es un lugar donde aparte de compartir, pasarlo bien y tener la confianza de que su mejor amiga puede estar con ellos. Ciclé es un local diseñado especialmente para ciclistas.

En un ambiente grato y acogedor, en un local histórico de la gastronomía valdiviana pero completamente remodelado, Café Taller Ciclé busca posicionarse en la ciudad y la zona sur.