El desafío regional frente a la energía
La región necesita definir una política, que permita cuidar su entorno y satisfacer las necesidades asociadas al desarrollo.
Chile produce sólo la cuarta parte del total de energía que necesita para funcionar y eso deja al país en una situación de desmedro frente a los vaivenes de los mercados internacionales y compromete su desarrollo económico de una manera estratégica. Por lo mismo, el tema de la autogeneración energética será crucial en los próximos años, para los gobiernos que vengan y para la comunidad en particular, que siempre es la principal afectada ante situaciones den escasez o carestía.
Para Los Ríos el tema es crucial. Más aún teniendo un gran potencial hidroeléctrico que puede significar un aporte en la solución de esta demanda creciente, pero que debe ser trabajado de manera sustentable, para que la producción no dañe el patrimonio natural único que tiene el territorio y desde el cual puede proyectarse a través del turismo, la conservación y la contribución a la calidad de vida de las personas.
En tal escenario, para esta región -más que en muchas otras- existe la urgencia y necesidad de trabajar por el desarrollo de energías limpias, renovables y no convencionales, que permitan combinar exitosamente la satisfacción de una necesidad, con la protección ambiental en el largo plazo.
Se trata de un desafío mayor, que es necesario abordar a nivel macro, pensando en el crecimiento industrial; pero también en el espacio comunitario, donde la demanda energética incluye tanto el uso de electricidad, como el de combustibles para el transporte y la mantención de espacios públicos y domiciliarios, especialmente calefacción. Y este último punto es clave, frente al problema de la contaminación del aire que amenaza las áreas urbanas, como ya sucedió en las vecinas ciudades de Temuco y Osorno.
El tema se encuentra planteado en la estrategia Regional de Desarrollo desde 2008; sin embargo, aún no se ha convertido formalmente en una política, como sí la tienen el Turismo y la Pesca.
Resultaría importante, entonces, trabajar en esa dirección y dejarla planteada la tarea para los integrantes del próximo Consejo Regional, a quienes corresponderá la responsabilidad de aprobar orientaciones de largo plazo en esta materia, que sin duda marcará la agenda pública en los próximos años.