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Compromiso ciudadano

Por mucho que el voto sea voluntario, mientras más chilenos sufraguen mejor funciona la democracia.
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Han sido meses cargados con todos esos elementos que hacen llamativo el juego democrático, con llamados al electorado e intentos de descalificación de los adversarios que prometen presentar las batallas más duras, pero finalmente hemos llegado al día en que los chilenos estamos convocados a elegir a quien regirá los destinos del país durante los próximos años, además de parlamentarios, entre ellos la mitad del Senado y, por primera vez, a los consejeros regionales.

En la región de Los Ríos no sólo esta última instancia asoma como novedosa, ya que también resulta inédita la posibilidad de elegir a los senadores en exclusividad para la jurisdicción, ya que hasta 2005 se hacía dentro de la región de Los Lagos, lo que implicaba que los resultados para los ciudadanos de la provincia de Valdivia dependían en importante medida de lo que decidieran sus pares de Osorno, un detalle muy relevante, porque varios procesos culminaron con notorias diferencias entre ambos territorios.

Aparece, entonces, la situación que dice que quienes lleguen a la Cámara Alta lo harán por determinación privativa de los ciudadanos de las dos provincias de Los Ríos, prescindiendo del factor de depender de intereses diferentes.

Por ésta y otras razones resulta muy especial el proceso electoral de hoy. De partida, cada vez que el país debe decidir quien será el próximo o la próxima gobernante hay mucha expectación, que va más allá del resultado en las urnas, porque sólo en marzo venidero, cuando comience su gestión, habrá más claridad acerca del rumbo que se pretende entregar al país.

En cuanto a la debutante elección del Consejo Regional, resulta lamentable que más de la mitad de la ciudadanía reconozca que no sabe cuáles son las tareas y responsabilidades de este cuerpo, lo que puede redundar en que la abstención específicamente en estos cargos resulte abultada, en circunstancias de que lo mejor que nos puede pasar es que sea muy alto el nivel de participación para el mejor funcionamiento de nuestra democracia.

Ver para querer

Quienes lleguen a la Cámara Alta lo harán por determinación privativa de los ciudadanos de las dos provincias de Los Ríos.No sólo vemos lo que nos gusta, sino lo que tenemos disponible.
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Hace poco más de un mes Novasur, el Programa de Televisión Educativa del Consejo Nacional de Televisión, participó activamente en el XX Festival de Cine de Valdivia.

Durante varios días realizamos encuentros, con el fin de generar una reflexión en torno a la importancia de una televisión pública de calidad y, en paralelo, organizamos siete funciones de televisión educativa en el Teatro Lord Cochrane, de Valdivia; Salón Consistorial, de La Unión; y el Cine Comunal, en Río Bueno.

En total cerca de dos mil personas entre adultos y niños, tuvieron la oportunidad de ver televisión de calidad.

Para poder evaluar de manera inmediata la recepción de estos contenidos en el público asistente, a la salida de cada una de estas salas preguntamos la opinión respecto de lo observado y constatamos una muy buena valoración de lo recién visto y una predisposición positiva a volver para volver a ver este tipo de programas.

Lo anterior nos permite confirmar que si las personas tenemos la oportunidad de ver buenos programas, es muy probable que queramos volver a repetir la experiencia. Pero para que lo anterior no se convierta en un hecho aislado se requiere de una recurrencia mayor a la de una vez al año lo que reitera la necesidad de disponer en -distintos espacios- de programación televisiva de buena calidad para que tanto a los adultos como los niños se nos haga natural y necesario ver programas educativos, culturales e, idealmente, con contenidos locales.

Generar la necesidad de disponer permanentemente de contenidos de calidad en nuestra televisión, es posible cuando nos dan la oportunidad de tener esa experiencia y nos dan ganas de repetirla.

No sólo vemos lo que nos gusta, sino lo que tenemos disponible. Si logramos ver televisión de buena calidad, estamos seguros que también la valoraríamos.

Los más de 10 años de trabajo de Novasur nos permiten afirmar que, cuando los niños ven televisión de calidad, la quieren de manera constante, lo que nos hace pensar que es posible educar los hábitos televisivos de los más pequeños y quizás, también de los grandes.