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Científicos desarrollan nuevo modelo de protección de vida salvaje

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El desarrollo de nuevos softwares de monitoreo aplicados por zoólogos en la isla tropical de Barro Colorado ubicado en Panamá, y también en el Parque Nacional Hoge Veluwe, en Holanda, ayudará a la protección de la vida salvaje en todo el mundo.

Así lo señaló Patrick Jansen, coordinador del Programa de Monitoreo de Vertebrados CTFS-ForestGEO, a través del portal electrónico del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), que opera en Panamá.

"Las trampas-cámara son ideales para estudiar fauna sigilosa, pero procesando miles de imágenes de una cámara montada en el bosque es una tarea de enormes proporciones. El procesamiento automatizado abrirá el camino para estudios a gran escala y a largo plazo", acotó Jansen al sitio web.

análisis de imágenes

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El investigador ponderó el análisis de unas 10.598 imágenes de animales en tierras bajas en la isla Barro Colorado, administrada por el STRI en la cuenca del Canal de Panamá, y en zonas templadas en el Parque Nacional Hoge Veluwe, en Holanda, que cubre 5.400 hectáreas de bosques, páramos, turberas y arenales.

Con las fotos obtenidas, los zoólogos identificaron a 57 especies distintas de la fauna. De hecho, los programas de reconocimiento de patrones se formaron con el uso de una muestra de las imágenes para reconocer los patrones específicos de cada especie que convive en ambos hábitat naturales. En promedio, la precisión de los análisis finales con programas sofisticados (SIFT y cLBP) fue de un 82%. El experimento clasificó a más del 90% de las fotos de paca, ocelote, ciervo y saíno.

A menudo, venados rojos y venados de cola blanca eran clasificados erróneamente debido a apariencias similares.

El siguiente paso será incorporar las características biométricas, como el tamaño corporal, manchas y colores, a favor de un sistema de reconocimiento más exacto, con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la Organización Holandesa para la Investigación Científica y la Fundación de Ciencias Naturales de China, destacó Jansen.

otros consejos de preservación

Tesis uruguaya cuestiona la vía de entrada del hombre en América

investigación. Según los científicos, el poblamiento americano tendría un origen distinto a la tradicional teoría del Estrecho de Bering.
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A partir del hallazgo de unos fósiles de 30.000 años de antigüedad, la hipótesis del paleontólogo de la Universidad de la República Uruguaya (Udelar) Richard Fariña, cuestiona que el hombre haya llegado al continente americano a través del Estrecho de Bering, según el estudio anunciado en una prestigiosa publicación internacional.

En una entrevista con la agencia EFE, el responsable de esta teoría explicó que su investigación fue publicada en Londres por la revista Proceedings of the Royal Society.

La teoría se centra en unos huesos fosilizados descubiertos en 1997 en el yacimiento Arroyo del Vizcaíno, en la localidad de Sauce (35 kilómetros al oeste de Montevideo).

Según el experto, los más de mil huesos encontrados, que pertenecen a 27 ejemplares de varias especies animales ya extintas, "revelan características que sugieren la presencia humana".

Este elemento pone en entredicho el paradigma existente, que establece que el poblamiento americano se produjo de Norte a Sur y miles de años después.

El equipo investigador, en el que también participaron Sebastián Tambusso, Luciano Varela, Ada Czerwonogora, Mariana Di Giacomo, Marcos Musso, Roberto Bracco y Andrés Gascue, manifestó que los restos de los ejemplares hallados "son de adultos jóvenes", más resistentes que los de ancianos.

"Hay pocas evidencias de que (los fósiles) hayan sido transportados por una corriente fluvial" hasta el lugar en que fueron descubiertos, por lo que todo apunta a que podrían haber sido depositados allí por seres humanos, señala la investigación.

Además, "varios de los huesos muestran marcas profundas, asimétricas, microestriadas y afiladas, similares a las producidas por las herramientas de piedra de los humanos", indica el estudio difundido en Londres.

De hecho, en el mismo yacimiento se encontró una pieza de piedra con forma de raspador, cuya superficie "presenta un micropulido parecido al de los utensilios usados por el hombre", explicó Fariña. El especialista observó también que "el hallazgo de los huesos con posibles marcas de la presencia humana en América del Sur y tan al este como Uruguay añadirían un ingrediente más al estudio de la interacción entre los seres humanos y la megafauna, esas especies animales de grandes dimensiones que habitaron en el Pleistoceno". El paleontólogo reveló que las pruebas de datación por carbono 14 a las que sometieron los restos determinaron que pertenecían a un período de hace entre 27.000 y 30.000 años.

Sin embargo, la teoría más arraigada data la llegada del hombre al continente americano "en los últimos milenios del Pleistoceno, hace 13.000 o 14.000 años", recordó.

La teoría conocida

La hipótesis tradicional defiende que los primeros pobladores de América fueron los clovis, un pueblo de cazadores que llegó entonces desde el noreste de Asia y cruzó al noroeste de América (actual Alaska) por el Estrecho de Bering. Este extremo fue cuestionado recientemente por otra investigación de varios científicos de universidades españolas y alemanas, que estudiaron la genética de varias comunidades nativas del sur del continente americano y llegaron a la conclusión de que tenían orígenes diversos.

Fariña argumentó que estas investigaciones "aportan resultados al debate internacional" sobre cómo y cuándo llegó el hombre a América, pero prefirió mostrarse "prudente" antes de establecer una teoría definitiva al respecto.

"No significa que sea o no verdadero, porque en ciencia no hay verdades reveladas", argumentó el uruguayo. En 2011 la Presidencia uruguaya informó por primera vez de la investigación, que al parecer tiene su origen mucho antes, en 1997, pero que entonces tuvo que ser suspendida por falta de fondos.

Las pesquisas aún no han terminado

El paleontólogo encargado de la investigación, Richard Fariña, no cree que su estudio haya concluido todavía y por eso espera continuar con las investigaciones en el yacimiento de Arroyo Vizcaíno (Sauce, Uruguay) en enero próximo, con la llegada del verano. La idea del uruguayo es poder excavar más fácilmente en los sedimentos del lecho del río y dar con "más secretos de la naturaleza", como Fariña llama a los fósiles que ha ido descubriendo.