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Situación por paro en municipalidades

Luego del conflicto de los trabajadores, hay pérdidas comunitarias y descotento, pero también un aprendizaje ciudadano.
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Impactantes son las cifras de pérdidas dejadas por el paro de funcionarios municipales para todas las municipalidades de la región y el país. Solo en Valdivia se habla de 13 millones diarios, por concepto de los servicios que se dejaron de cobrar.

El daño a la comunidad fue alto y el resultado para los huelguistas, no del todo alentador. La protesta se bajó sin que se llegara a los niveles de acuerdos esperados y con una crítica creciente entre bases y dirigentes nacionales.

Lo anterior hace reflexionar sobre la necesidad de buscar otros mecanismos de acuerdo entre las partes en conflictos sociales, nuevas rutas que lleven al entendimiento y no obliguen a la ciudadanía a pagar los costos de quedarse desatendida en sus necesidades básicas.

Por otra parte, luego del paro es también momento para pensar en el tema de la basura desde una perspectiva distinta, la de asumir que -como sociedad- generamos demasiados desperdicios y que ese comportamiento no es sustentable, ni amigable con el medioambiente. Es necesario aprender a reciclar, reutilizar y diferenciar entre aquello que es basura verdadera y aquello que se puede salvar.

En los días de paro, al ver los desperdicios acumulados, se hizo evidente su existencia y su molestia. Pero cuando la recolección es normal, la imagen del mugrerío desaparece y se olvida, como si no existiera. Pero no es así. La basura se acopia, sale de nuestra mirada, pero sigue causando daño.

Separar los plásticos, papeles, vidrios y materia orgánica; no botar pilas ni aparatos electrónicos en los vertederos tradicionales; terminar con la idea de que todo es desechable; son algunos pasos que se puede dar y que se hacen necesarios para tener una ciudad verdaderamente saludable y no contaminada.

Por supuesto que la autoridad debe colaborar en este cambio de hábitos, facilitando una nueva forma de recepción de desechos domiciliarios (que no se junte todo en el mismo camión, por ejemplo), pero la principal tarea le compete a la comunidad.

Luego del paro, queda claramente en evidencia que se necesita mayor conciencia colectiva sobre estos temas comunitarios básicos.

Números son números

...es también momento para pensar en el tema de la basura desde una perspectiva distinta, la de asumir que generamos demasiados desperdicios...¿Puede ser potencia un país que importa maíz y soya,factores básicos en las dietas animales?
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No sigamos engañándonos, es necesario sincerar nuestra realidad productiva. En 2009 muchos actores del negocio lácteo me criticaron por señalar que el plan de crecimiento de 7% anual en la producción de leche, propuesto por el Consorcio Lechero, era imposible.

Sostenía mi tesis en que los niveles productivos del país, 6.000 litros por vaca eran difíciles de superar, cuando el 80% de la producción es en sistemas pastoriles, y que la única forma de aumentar la producción era mediante mayor número de vacas.

Lo crítico se da en este punto, Chile actualmente posee una masa ganadera similar a la de 100 años atrás y no supera los 3 millones de cabezas.

¿Como se explica que el crecimiento promedio de recepción de leche, desde esa fecha (2009) no supere el 2% año y que al cierre de la recepción lechera de septiembre, el incremento versus 2012 solo sea del 1%, con una variación de precio nominal país del 5,5%, y con precio invernal histórico?

Chile está lejos de ser potencia alimentaria, y este concepto solo es un elemento de intención más que de realidad.

¿Que está pasando en el sector lácteo? La respuesta no es compleja: un mercado dominado por la industria, con muchos oferentes y escasos demandantes, sin integración de la cadena productiva y con una ceguera crónica con respecto de las necesidades del productor.

Los productores chilenos no deseamos ser mediocres, pero las circunstancias nos llevan a no invertir, ya que la incertidumbre no nos permite comprometer flujos futuros.

No entendemos el mercado, el precio de leche en los principales países productores fluctúa entre $ 250 y $ 350 el litro. Los precios internacionales equivalen a $ 270 por litro, y los precios futuros sobrepasan los US$ 5.000 por ton. de leche en polvo.

Y en Chile el productor continua recibiendo precios inferiores a los $ 190. Además, se debe lidiar con una relación precio producto-insumo, desventajosa.

Los principales actores de la industria al parecer fijan sus estrategias de compra en una permanente observación entre ellos mismos, y no en una verdadera política de precios largo placista que dé sustentabilidad al sistema.

Ante lo expuesto, el futuro no es auspicioso, vienen tiempos duros, desaparecerán productores, habrá cambios en la propiedad de la tierra, disminuirá la producción invernal.

¿Qué hacer? Hay muchas soluciones, pero ante una industria ciega y sorda, no viene al caso desgastarse en propuestas.