Un 61% de los jóvenes conoce casos cercanos de violencia en el pololeo
estudio. Sondeo de opinión servirá para orientar y focalizar las labores de sensibilización, prevención y formación de monitores que realizan el Sernam y el Injuv.
Un 61% de los jóvenes participantes en el sondeo de opinión "Percepciones y opiniones sobre la violencia en el pololeo en la juventud" conoce casos cercanos de violencia, de acuerdo a los resultados dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) y el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), en una actividad que se realizó en la sede Valdivia de Inacap.
Los datos fueron presentados por la directora regional del Injuv, Mónica Jara; y su par del Sernam, Ann Hunter, ante un grupo de estudiantes de la carrera de Trabajo Social, quienes también hicieron un llamado a prevenir y denunciar los hechos de violencia que conozcan.
Los jóvenes participaron activamente, contaron sus experiencias y se mostraron interesados en el tema que fue el motivo central del estudio al cual las autoridades consideraron como "una clara radiografía de la percepción existente entre jóvenes de 15 a 29 años sobre la violencia en el pololeo".
Para realizar el sondeo fueron entrevistados telefónicamente 1.003 jóvenes de las 15 regiones del país, de entre 15 y 29 años.
El estudio se realizó entre el 10 y 17 de octubre de este año e incluyó la participación de 245 casos de la zona sur, pero no registra datos específicos a nivel regional, aunque -según especificó Ann Hunter- indica factores que se repiten a nivel nacional.
CONDUCTA INSTALADA
Además del 61% de los jóvenes que conoce a personas de su entorno (amigos y/o familiares) que han vivido situaciones de violencia durante una relación de pareja, dentro de ese mismo grupo un 78% supo de insultos o gritos, un 58% conoció de golpes, un 54% de empujones o tirarse cosas y el 52% supo de amenazas.
Pero, dentro de estos números, en el estudio del Sernam y el Injuv destaca que solamente el 45% de los entrevistados considera como violentas conductas tales como amenazar, empujar o tirarse cosas; un 24% considera que en algunas situaciones los gritos e insultos son justificables y el 12% manifiesta que los hechos de empujarse o tirarse cosas cuando se discute, puede justificarse en algunas ocasiones.
También, el estudio demuestra que existen claras diferencias con respecto a las conductas consideradas como violentas en las parejas, a nivel de grupos socioeconómicos.
Por ejemplo, en el grupo medio alto el 78% de los encuestados considera que los insultos o gritos son conductas violentas, mientras que en el caso de los pertenecientes al estrato medio bajo, esta cifra desciende al 70%.
La tendencia se repite en los casos de empujar o tirarse objetos (51% y 41%) y efectuar amenazas (48% y 38% respectivamente).
En este sentido, la directora del Sernam Ann Hunter manifestó que el trabajo de información y preventivo con los jóvenes tiene como objetivo erradicar el concepto de violencia como una conducta normal. "Las cifras que indica la encuesta de violencia en el pololeo muestran un patrón de conducta que se puede repetir en el matrimonio. La celopatía y la inseguridad pueden generar violencia y son un indicador de conductas que se repetirán en el futuro. De ahí la importancia de realizar talleres con jóvenes, para instalar entre ellos el rechazo a la violencia", aseguró.
Mónica Jara agregó que en los encuentros con los jóvenes han detectado que el tema de la violencia "no es un fenómeno fácil de conversar" y que a través de las cifras se puede comenzar a conocer su percepción acerca de la violencia de pareja entre sus relaciones más cercanas. También, señaló que este tipo de encuentros sirve para conocer la realidad del problema a nivel regional.
MáS RESULTADOS
Otros resultados de la encuesta señalan que el 71% de los jóvenes piensa que si una persona ve episodios de violencia entre sus padres, es muy probable que sea violenta en sus relaciones de pareja, mientras que uno de cada tres jóvenes considera que los celos son los principales causantes de la violencia en el pololeo y el 63% de los encuestados reconoció haber sentido -más de alguna vez- celos de su pareja y haber discutido por esta razón.
"Es importante desarraigar de nuestra cultura la aceptación de acciones violentas que se instalan en las parejas desde el pololeo y que a medida que las personas van creciendo comienzan a validarse y puede traer consecuencias fatales", agregó Ann Hunter.
GENERACIONES
También se demuestra que una conducta recurrente en la relación es la de someter a prueba a la pareja, para saber si dice la verdad.
El 69% de los jóvenes afirma que es muy frecuente en sus relaciones de pareja preguntar al otro con quién ha estado. Además, el 32% de los encuestados afirma que su pareja le ha controlado horarios o lugares a los que sale.
Un aspecto que también deja en evidencia el estudio es que la percepción de la violencia varía de acuerdo al cambio generacional. Por ejemplo, un 64% de los encuestados piensa que la violencia en el pololeo es mayor en la actualidad, en relación a las generaciones anteriores.
Otro elemento a considerar es la diferencia de actitud que se produce entre hombres y mujeres, a la hora de evitar peleas mayores en la relación.
Esto porque el 80% de los hombres cree que en relaciones de pareja a veces es mejor ceder para evitar este tipo de conflictos, mientras que sólo un 60% de las mujeres lo considera como una opción.
REDES SOCIALES
El caso de la violencia a través de las multiplicadas redes sociales también tiene sus números y fue analizado en el encuentro de las autoridades con los estudiantes de Inacap.
Esto porque el 67% de los jóvenes encuestados piensa que Facebook, twitter o youtube "son los principales medios de comunicación que fomentan la violencia en la pareja y un 34% reconoce haber revisado el celular o el facebook de su pareja, a escondidas".
"Está claro que ellos piensan que las claves que se exigen de los facebook, twitter o correos electrónicos también son formas de violencia. Por eso es importante conversar y que las redes sociales sean un espacio de respeto y recreación, pero que no se transformen en espacios de dominación y hostigamiento que repercute o que se extiende desde la sala de clases", manifestó la directora del Injuv, Mónica Jara.
Tanto la responsable del Injuv como la del Sernam plantearon que las cifras son relevantes y confirman a la violencia como una situación recurrente en las relaciones de pareja y en el entorno juvenil, por lo cual hay actitudes consideradas permisibles, de acuerdo a las circunstancias.
TRABAJO Y DESAFÍOS
Respecto al trabajo que realizan organismos como el Sernam y el Injuv, Ann Hunter explicó que a través del programa "Chile Acoge" están en funcionamiento cuatro centros de la mujer en la región de Los Ríos: en Panguipulli, La Unión, Lanco y Valdivia.
En este sentido, la directora del Sernam indicó que en la región hay 6 mil mujeres que han recibido tratamiento por problemas de violencia intrafamiliar en cada uno de estos centros, donde la tasa promedio de ingreso es de 100 mujeres por año.
"El trabajo a través de "Chile Acoge" implica atención psicológica, social y jurídica gratuita para las mujeres afectadas", agregó Hunter, como también el trabajo a través de la línea de prevención y promoción de las campañas contra la violencia intrafamiliar y la no violencia contra la mujer.
En estas últimas situaciones se incluye la formación de monitores jóvenes, dirigentes sociales, profesores y profesionales que quieran sumarse a la campaña.
A su vez, Mónica Jara manifestó que la labor del Injuv está en el trabajo "de la mano" con el Sernam y preferentemente en la difusión del problema de la violencia en los establecimientos educacionales, comenzando con el tema del bullying entre los más pequeños y la violencia en el pololeo entre los jóvenes de mayor edad.
Agregó que el organismo que dirige -al igual que el Sernam- está disponible para realizar charlas en colegios, universidades y grupos juveniles, con el objetivo de que los jóvenes sean protectores de sus pares cuando sean testigos o reciban información acerca de hechos de violencia intrafamiliar o a través del pololeo.