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Inician juicio contra narcotraficante que dirigía banda desde penitenciaría local

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Hoy comienza el juicio oral en el cual el fiscal Sergio Fuentes intentará acreditar la participación en el delito de tráfico de drogas de siete personas, cinco hombres y dos mujeres, quienes adquirieron cocaína en Santiago, para comercializarla en Valdivia.

La agrupación era liderada desde el Complejo Penitenciario de Llancahue por Orlando Guzmán Ávila (56 años), un narcotraficante conocido en 2003, cuando se descubrió que dirigía desde la cárcel de San Antonio una banda internacional que lavaba dinero proveniente del narcotráfico, comprando lujosos autos y departamentos, además de propiedades y terrenos como el hotel Amancay en Reñaca y un fundo en Puerto Cisnes.

Los siete acusados fueron detenidos el 27 de septiembre de 2012 en la denominada Operación "Alcatraz", de la Brigada Antinarcóticos de la PDI y el departamento de Inteligencia de Gendarmería.

El fiscal Fuentes explicó que "la banda adquirió en Santiago, en septiembre de 2012, más de dos kilos de cocaína que fueron trasladados hasta Valdivia, para ser comercializados".

La coordinación la hizo Orlando Guzmán desde el interior del complejo penitenciario valdiviano.

En la causa ya fueron condenados dos gendarmes -el cabo primero Guillermo Sandoval Torres y el sargento segundo Rodrigo Pérez- por el delito de cohecho, debido a que facilitaban, a cambio de beneficios económicos, el ingreso a la cárcel de especies prohibidas que eran entregadas a Orlando Guzmán, como licores y comida.

Le pagaban por tirar pelotas de tenis con droga a la cárcel

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Juan Vargas Oñate

Un hombre de 21 años fue detenido por la Brigada Antinarcóticos de la PDI, luego de una investigación realizada en conjunto por los detectives y Gendarmería, quienes determinaron que el sujeto lanzaba pelotas llenas de droga hacia el penal de Llancahue. Según los primeros antecedentes estaba contratado para eso por un grupo de internos.

El hombre, que tiene antecedentes penales, lanzaba pelotas de tenis rellenas con marihuana y pastillas Clonazepam (tranquilizantes), por solicitud de los reos.

Según la investigación, el "jugador" alcanzó hacer cuatro servicios -es decir lanzar 4 pelotas- antes de ser sorprendido por los efectivos que se coordinaron para sorprenderlo.

Fue identificado como Cristián Mejías Arévalo, quien se instalaba en la ladera de un cerro, colindante al noroeste del recinto penitenciario y desde ahí hacía sus "saques" .

Cuando lo sorprendieron tenía además varios teléfonos celulares, los cuales también proyectaba lanzar hacia el interior de un patio del complejo.

Mejías fue formalizado por el fiscal Gonzalo Valderas, acusado de microtráfico y quedó en prisión preventiva, por peligro de fuga.

El tribunal otorgó un plazo de 30 días para la investigación en su contra, estableciendo la Fiscalía que tenía ya tres condenas por robo, seis por hurto, dos por receptación y además antecedentes por violación de morada, amenazas y lesiones menos graves.

De las cuatro pelotas que lanzó al interior, tres fueron recuperadas por los gendarmes, con 22,88 gramos de cannabis sativa (marihuana).

También, junto a la droga había 12 pastillas de Clonazepam.

En la Brigada Antinarcóticos, el subcomisario Sergio Alvear indicó que la investigación sigue su curso en coordinación con Gendarmería, para aclarar si hay más involucrados, sin descartarse que haya más detenidos.

El caso al descubierto fue definido como un "método innovador" en Valdivia para ingresar droga a un recinto penitenciario considerado como inexpugnable.

Además, en la investigación se busca verificar cuánto dinero recibía el imputado por su "juego" que se presume, alguien conocía y recogía las pelotas en el patio al que caían.

Asimismo, se requiere saber si antes de ser detenido alcanzó a lanzar otras pelotas con droga y además encontrar una cuarta que aún no es recuperada.