Polémica Bandera del Bicentenario
La instalación de un enorme pabellón patrio en la plaza Pedro de Valdivia ha despertado inquietud en la comunidad .
La decisión de instalar la Bandera Bicentenario en la plaza Pedro de Valdivia de la capital regional, es la respuesta que el Concejo Municipal se encontraba obligado a dar para un proyecto que va directamente desde la Presidencia hacia las regiones, ejecutado a través del Ministerio de Obras Públicas. La primera ubicación decidida era la Costanera y, al menos, las autoridades locales pudieron ofrecer una alternativa, pero no había opción de oponerse a un plan que incluye a las principales ciudades del país y que, además, tiene que ver con el emblema patrio.
No era viable decir no a poner una bandera chilena en un sitial de privilegio.
Esa reflexión debe hacerse antes de criticar a las autoridades comunales por tomar una determinación con los pocos elementos de los cuales disponían con este objetivo. Sin embargo, el mismo razonamiento sirve para apreciar una muestra de centralismo, que molesta a la comunidad, porque implica una inversión de más de 500 millones de pesos, sin consultar la opinión de nadie.
Es cierto que se trata de fondos nacionales, que no hay resta a los dineros locales para ejecutar el plan, pero esas explicaciones son confusas para la población, que ve las necesidades cotidianas de la ciudad, como la recolección de basuras, la pavimentación de calles cortas, el arreglo de edificios en el centro; reparación de los paraderos retirados; todas tareas en las cuales se podría gastar un porcentaje mínimo de esa cifra. Así visto, para la ciudadanía, se trata de un despilfarro inentendible, tal como lo ha señalado desde ayer en las redes sociales.
Considerando lo anterior es que se hace necesario que las autoridades expliquen mejor el proyecto y la utilidad que él podría tener como atractivo y como símbolo de unidad, a tres años de la celebración del Bicentenario y de la instalación del pabellón "madre" de estas banderas regionales, en Santiago.
Comprendiendo mejor ese sentido, probablemente el proyecto sería más aceptado y dimensionado en su rol de signo unitario, asumiendo que la bandera nacional siempre es un orgullo para los chilenos y que a todas luces resulta triste que su imagen siga mezclada en una polémica.