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"Un trabajo de mucho amor"

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Eduardo

Cruzat,

director

Kinesiología

UST.

Sin lugar a dudas uno de los temas más complejos de enfrentar es el cuidado de un adulto mayor postrado, ya que la persona que ha decidido asumir esta responsabilidad, se está haciendo cargo de una tarea que ha sido definida como un trabajo de amor, y de verdad así lo es.

Desde dicha perspectiva, este cuidador debe velar por los cuidados básicos de la persona postrada, como son las necesidades de alimentación, eliminación, reposo, sueño, movilidad, hidratación, respiración, protección, higiene y confort, que constituyen la base que debemos asegurar para un mínimo bienestar.

Además el cuidador y en general la familia, deben estar atentos en asegurar una movilidad diaria y cambios de postura del paciente postrado cada dos horas como mínimo, siendo siempre desarrollada por alguna persona que ha recibido el entrenamiento en esta materia, y que por lo general corresponde a la persona responsable del cuidado.

El movimiento es esencial para la salud de la persona postrada, debido a que evita la disminución de la fuerza y tono muscular; alteración en la función urinaria; problemas respiratorios; y previene isquemia- necrosis tisular, dermatitis por pañal.

También resulta clave que la persona postrada mantenga una buena relación con su entorno, reciba la mayor cantidad de información posible, y se le motive a aprender. Esto evitará problemas emocionales que muchas veces resultan en un deterioro también físico del paciente.

Siempre tenemos que recordar que la persona postrada, merece todo nuestro respeto y consideración. Por lo tanto, no debemos tratarlo como un objeto al que se le hacen "cosas", es una persona que está dependiente y que necesita de nosotros. Debemos por lo tanto ir siempre anunciando las acciones que vamos haciendo, ya sea la alimentación y evacuación.