Jesús, hombre libre
E n el evangelio de este domingo (Mt 5, 17-37), son cuatro los temas que Jesús saca a colación: El homicidio, el adulterio, el divorcio y el juramento. Cada uno parte con un recordatorio de lo que se dijo a los antiguos, y lo que Jesús dice con respecto a cada una de estas temáticas. Veámoslas una a una.
Con respecto al homicidio, que según la Ley debían ser puestos ante el tribunal, Jesús va más allá: No solamente va a las situaciones límites, sino que toma en consideración la vida cotidiana. Así las cosas, el que insulta a su hermano o daña su dignidad, de alguna manera lo mata. Es un llamado a respetar siempre la vida de los demás. El Señor Jesús lo relaciona con el culto sincero a Dios.
En el caso del adulterio, Jesús también profundiza y va más allá. Afirma que hay un adulterio del corazón, sobretodo cuando existe una intencionalidad de daño al prójimo. Nos enseña a ser más transparentes en nuestras relaciones, a cultivar un estilo de vida más sano de vivir con nuestros semejantes.
El tercer tema es el divorcio, donde Jesús también va más allá de lo dicho en la Ley mosaica, ya que va a la intención primera del proyecto divino. La práctica del tiempo de Jesús dejaba a la mujer desprotegida; en cambio él vela por la igualdad de los cónyuges, evitando cualquier tipo de injusticia contra la mujer.
Finalmente el evangelio hace alusión al juramento, y de no jurar en el nombre de Dios en vano. Esto debe ser entendido como un modelo de acción en la vida, una invitación a ser siempre claros y transparentes en lo que hacemos y decimos, sin necesidad de tener que "jurar" nombrando a Dios.
Sacerdote